Nihon Kaigun:
Construcciones navales japonesas

 

Nihon Kaigun:
Construcciones navales japonesas

Del cañón al aeroplano
(Tercera parte)

En 1940 se decidió reconvertir dos buques nodriza de submarinos en portaaviones: la clase Zuiho. Ambos fueron reconvertidos de manera idéntica. El primero, el Zuiho tuvo una carrera bastante larga, siendo hundido en 1944, pero el segundo el Shoho fue el primer portaaviones perdido por el Japón en la 2ª GM, abriendo el camino de los portaaviones de efímera vida: Shoho, Taiho y Shinano. Este último fue el más fugaz, tan sólo tuvo una carrera de 9 días.

El Shoho (arriba) en Enero de 1942 recién alistado, su silueta en ese momento era idéntica a la del Zuiho y a la mayoría de portaaviones ligeros Japoneses que fueron alistados: cubierta de vuelo completamente despejada y más corta que la eslora del buque. Debajo el Zuiho en Octubre de 1944. En ese año la cubierta de vuelo fue alargada hasta casi la eslora total del buque. Obsérvese el camuflaje que adoptaron todos los portaaviones Japoneses desde el finales de 1944 hasta el final de las hostilidades en Agosto de 1945.

La mejor clase de portaaviones que tuvo Japón durante la guerra fueron sin duda la clase Shokaku. Participaron en todas las importantes batallas aeronavales de la guerra del Pacífico a excepción de Midway, lo cual seguramente fue una suerte para estos buques y también quizás fue la clave del fracaso de Midway. Durante su carrera sufrieron más impactos de bombas que todos los otros buques de su clase en la Armada Japonesa, (nos referimos a los portaaviones pesados de escuadra) lo cual demuestra su cuidadosa planificación y diseño ya que resistieron a estos impactos. Ambos sucumbieron en 1944 con 4 meses de separación, víctimas del poder naval y aéreo de los EEUU.


El Shokaku que junto a su gemelo Zuikaku, formaron la 5ª División de portaaviones. Juntos estuvieron desde Pearl Harbor (Dic.1941) hasta la batalla del Mar de Filipinas (Jun.1944) donde el Shokaku fue hundido. El Zuikaku le siguió hasta el fondo del Pacífico en la batalla de Cabo Engaño (Oct.1944)

Al hacerse patente el inicio inminente de las hostilidades en 1940, la Armada Japonesa compró dos transatlánticos en construcción para reconvertirlos en portaaviones pesados: la clase Junyo.

Estos buques representaron no sólo un paso atrás, sino que terminaron siendo unidades mediocres. Como ya tenían el casco construido decidieron dotarlos de turbinas para destructores teniendo graves problemas de propulsión durante su carrera bélica y redujeron su velocidad máxima a 25 nudos (teóricos 26 pero nunca los alcanzaron). Durante la batalla de las Salomón Orientales el Hiyo sufrió una avería en su planta propulsora que le dejó una velocidad de solamente 3 nudos y tuvo que regresar al Japón. Ese año se acometió un nuevo plan de ampliación de la flota donde ya se contemplaban la construcción de nuevos y poderosos portaaviones: la clase Taiho, basados en planos revisados de la excelente clase Shokaku. Se rediseñaron para convertirlas en unidades bien blindadas y con una protección acorde con la nueva era de la aviación, pero ¡ay!, debido a un fallo de diseño solo se terminó uno de los 7 proyectados. Los planes de un diseño revisado de la clase Taiho no llegaron a ver la luz: fueron cancelados ante la imposibilidad de llevarlos a cabo por falta de materiales suficientes en el tiempo previsto.


El Junyo desartillado, al final de la guerra, fue empleado para repatriar tropas desde el Pacífico sur e Indias Orientales Holandesas hasta la metrópoli.



El Taiho poco antes de partir hacia la batalla del Mar de Filipinas (Jun.1944). Disponía de una cubierta de vuelo blindada y su línea se asemeja a los portaaviones Británicos de la época. Un defecto de diseño en la protección submarina dejaba muy expuestos lo tanques de gasolina de aviación a los impactos de torpedos, que fue al fin y al cabo su perdición.

En 1942 después del desastre de Midway, se revisaron los planes de construcciones de primeros de ese año y se dio prioridad en la construcción de portaaviones. Una elección adecuada hubiera sido retomar los planos de la clase Shokaku, pero ante la falta de materias primas, sobre todo debido a la campaña submarina Estadounidense, no podía llevarse acabo la construcción de este tipo de buques. Las reservas de acero habían mermado mucho a causa de la construcción de los acorazados clase Yamato, por lo que se eligieron los planos del portaaviones Hiryu, de construcción más sencilla. Se realizaron algunas modificaciones, como la del cambio de borda de la isla de mando, naciendo la clase Unryu. Se realizó un pedido de 15 unidades de las cuales se terminaron 3 y al final de la guerra había en construcción otras 3 y uno en vías de empezarse.


El Unryu durante su fase final del alistamiento (Agosto 1944). Se puede observar que por la falta de un blindaje robusto en la cubierta de vuelo, podían ser fácilmente puestos fuera de combate por el impacto de bombas aéreas. Su línea y la isla de mando se asemejan muchísimo al Hiryu. Si se observa detenidamente se vislumbran las líneas del camuflaje que adoptaron los portaaviones en 1944.

El Estado Mayor de la Armada Imperial, sabía que las nuevas construcciones no darían sus frutos hasta la segunda mitad de 1944, por lo que ante la urgencia de portaaviones se decidió una medida que resultó después un fiasco: remodelar algunos de los obsoletos acorazados y convertirlos en unos monstruos híbridos capaces de albergar algunos aparatos.

En primer término el Ise en 1938, y debajo en 1944 convertido en el híbrido acorazado-portahidroaviones. Se les desmontaron las dos torres dobles de popa para montarles unos hangares capaces de llevar 22 hidroaviones, pero de hecho nunca los llevaron.



El Fuso en 1936, poco después de su modernización. A pesar del gasto que representó sus modernizaciones resultaron unas unidades muy deficientes, y ambos buques, Fuso y Yamashiro, resultaron hundidos la madrugada del 25 de Octubre de 1944 en el Estrecho de Surigao, con pocas horas de separación, bajo los cañones de los acorazados EEUU rescatados del desastre de Pearl Harbor.

Se eligieron los acorazados de la clase Ise y Fuso de los que solamente los 2 primeros fueron reconvertidos. Para los restantes se canceló el plan al darse cuenta de la inviabilidad de que estos buques pudieran servir como unidades de primera fila en la guerra naval. Al 3er. Acorazado clase Yamato -ya casi con el casco terminado- se decidió terminarlo como portaaviones. Resultó de efímera vida, pero no estaría listo hasta el fin de 1944. La cuarta unidad, Nº 111, fue desguazada en gradas en Septiembre de 1942 y sus materiales fueron empleados en la construcción del Shinano. El crucero pesado Mogami que resultó muy dañado en la batalla de Midway, se decidió reconvertirlo como los acorazados clase Ise y tampoco estaría listo hasta 1944.

Continúa en: Nihon Kaigun: Construcciones navales japonesas (Ultima Parte)

José Miguel Fernández Gil
"Alm. Yamamoto"
alm_yamamoto@hotmail.com

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