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Batalla de Savo. Los japoneses: maestros del combate nocturno [ 9 de agosto de 1942 ] [ Introducción ] Tras la asombrosa e increíble victoria en Midway, la US Navy decide explotar esta momentánea ventaja y pasar a la ofensiva. A sabiendas de que sólo habían noqueado temporalmente a los japoneses, esta ofensiva sólo puede ser local y en un teatro secundario del Pacífico. El Almirante King decide poner en marcha la operación “Wachtower”, la ocupación del archipiélago de Sta. Cruz, prevista para principios de agosto. El 2 de julio de 1942 empiezan a reunirse en Koro, Fidji, las fuerzas de la marina de los EEUU, así como la fuerza expedicionaria de la 1ª División de Marines, Gen. Vandergrift, junto a las fuerzas de Fletcher con los portaaviones Enterprise, Saratoga y Wasp que debían dar cobertura a la operación. El siguiente paso era retomar Tulagi y ocupar Guadalcanal, para seguir por las Salomón centrales hacia Nueva Guinea. A principios de julio los estadounidenses enviaban desde Espíritu Santo, aparatos de reconocimiento a las Salomón para tomar fotografias de las islas, en previsión de los futuros desembarcos. El estado Mayor de la US Navy se llevó una desagradable sorpresa el 5 de julio, cuando un avión de reconocimiento fotografió un aeródromo casi listo en Guadalcanal, pues en cuanto los japoneses lo pusieran en funcionamiento dificultarían la ocupación de las Sta. Cruz y pondrían en peligro la nueva base y aeródromo de Espíritu Santo. El Almirante King, dio prioridad a la invasión de Tulagi y Guadalcanal, por lo que se puso en marcha la operación “Shoestring”. El 31 de julio partió el grupo anfibio del Contraalmirante Richmond K. Turner de Koro rumbo a Guadalcanal y Tulagi. Los desembarcos estaban previstos para el 7 de agosto. La Task Force 61 al mando del Vicealmirante Fletcher daría cobertura aérea a la operación de desembarco y tendría el mando táctico de ambas fuerzas hasta después del desembarco. El mando general de la operación lo ostentaba el Vicealmirante Ghormley. El único punto débil de esta operación recaía en el apoyo de la TF-61, ya que ésta tendría que abandonar las Salomón 4 días después para petrolear, dejando la defensa a los cruceros y los aparatos de Espíritu Santo, que en caso de ser necesitados llegarían tarde. Un frente de bajas presiones acompañó a la fuerza estadounidense, lo que evitó que fuera detectada por los hidros de exploración japoneses. El único aviso que tuvieron en Rabaul de que las cosas iban mal en las Salomón, fue cuando la pequeña guarnición de Tulagi primero, y la del aeródromo de Guadalcanal después, informaron de que estaban siendo atacadas por buques y aviones estadounidenses. Después informaron que soldados estadounidenses desembarcaban en Tulagi, Guadalcanal, Florida, Tanambogo y Gavutu. Se informó que las guarniciones resistirían hasta el último hombre, después silencio total. La alarma sonó en el cuartel general japonés del Pacífico Sur, los estadounidenses habían pasado a la acción y pretendían reconquistar las Salomón. Rápidamente el Contraalmirante Yamada en Rabaul, jefe de la 25ª Flotilla de la 1ª Flota Aérea, ordenó que las fuerzas invasoras fuesen atacadas y preparó una fuerza de ataque con bombarderos “Betty” acompañados por “Zeros”. El ataque fue rechazado por los F4F de la TF-61 y no se obtuvo ningún resultado positivo. Al día siguiente un nuevo ataque japonés llevado a cabo por los aparatos de Rabaul fue también rechazado, pero esta vez consiguieron hundir el transporte USS George Elliot. En Rabaul se encontraba el Vicealmirante Gunichi Mikawa, comandante de la recién constituida 8ª Flota y comprendió inmediatamente que los ataques a Tulagi y Guadalcanal eran la tan esperada ofensiva estadounidense en el Pacífico. En Kavieng se hallaba la 6ª División de Cruceros: Aoba, Kinugasa, Kako y Furutaka, les ordenó que partieran y se reuniesen con él en el canal de San Jorge. El Almirante Mikawa izaba su insignia en el crucero pesado Chokai fondeado en Rabaul, y también se hallaban alli los cruceros ligeros Yubari y Tenryu, junto al destructor Yunagi. Ordenó el embarque en el Meiyo Maru de una fuerza de 410 marineros para enviarlos a Guadalcanal: se debía conservar el aeródromo, era primordial. A última hora de la tarde del 7 de agosto la agrupación de Mikawa salía del canal de San Jorge. Pocos minutos después se detectó un submarino y la agrupación cambió de curso para evitarlo y darle una demarcación falsa. Se trataba del S-38 que a media noche del 8 de agosto torpedearía y hundiría el Meiyo Maru. Durante la noche del 7 al 8 de Agosto los cruceros nipones sortearon Bouganville navegando al norte de dicha isla. Por la mañana se catapultaron 5 hidros, 4 en dirección Este en busca de los portaaviones enemigos y el último hacia Guadalcanal. Al mediodía el aparato del Aoba informó de la presencia de buques de transporte y destructores al norte de Guadalcanal y junto a Tulagi. Los hidros no detectaron a los portaaviones de Fletcher y Mikawa intranquilo pidió informes a Rabaul, pero como los aparatos de la 25ª Flotilla tampoco los habían avistado nada pudieron informarle. A las 1030 un Hudson australiano detectó a los cruceros japoneses, por lo cual Mikawa ordenó cambiar el rumbo hacia el NO y le dispararon para mantenerle alejado. Cuando el aparato de reconocimiento se perdió de vista el Almirante japonés ordenó volver al curso inicial y proceder a la recogida de los hidros. El Hudson desde la lejanía observó la faena e informó de la presencia de: “3 cruceros, 3 destructores y 2 transportes de hidros”, según parece tomó a otros tantos cruceros que procedían a recoger sus hidros como tales buques de transporte. Este informe erróneo no llegó a manos del Contraalmirante Turner hasta pasadas las 1830 y tuvo funestas consecuencias. Poco después de este suceso un nuevo Hudson avistó a la formación japonesa. Volaba tan bajo que los cruceros le dispararon incluso con sus piezas principales de 203 mm para ahuyentarlo. El Hudson también informó del avistamiento como: “2 cruceros pesados, 2 ligeros y 1 buque no identificado”, pero este nuevo informe aclaraba poco a los estadounidenses. Mikawa sabiéndose ya detectado decidió aminorar la marcha para atacar las fuerzas estadounidenses más tarde de lo previsto. Además se interceptaban de forma clara las comunicaciones entre los portaaviones de Fletcher y sus aviones, por lo que Mikawa creía que podría ser atacado aquella tarde si se acercaba a la luz del día a Guadalcanal. Al cruzar el estrecho de Bouganville los buques japoneses vieron sobre el limpio cielo a los aparatos de la 25ª Flotilla que regresaban a Rabaul en pequeños grupos, lo que le hizo pensar que los portaaviones estadounidenses estaban muy cerca de Florida o Guadalcanal. Sobre las 1730 se divisó un mástil sobre el horizonte, se tocó zafarrancho de combate y la escuadra nipona se aproximó con suma cautela al contacto: se trataba del buque nodriza de hidros Akitsu Maru que se dirigía hacia Gizo para tender una base de hidros. Las comunicaciones entre los portaaviones de Fletcher y sus aparatos eran cada vez más fuertes y Mikawa esperaba un ataque aéreo de un momento a otro. Cuando el sol se sumergió en el Pacífico el ataque aéreo no se había producido por lo que el Almirante japonés pensó que el ataque podría lograr sus objetivos, que era entrar por el sur de Savo contornear dicha isla y caer sobre los transportes fondeados frente a Punta Lunga, para después dirigirse a Tulagi y atacar los buques que allí hubiesen y finalmente escapar por el norte de la pequeña isla de Savo. José Miguel Fernández Gil Continúa en: Batalla de Savo, segunda parte Batalla de Savo, fuerzas enfrentadas |
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