Guerra submarina

La Guerra submarina durante la 2ª Guerra Mundial

El Mediterráneo

El Mediterráneo no tuvo en lo referente a la guerra submarina tanta resonancia como ninguno del resto de los teatros de operaciones de la guerra submarina. La trasparencia de sus aguas así como la poca profundidad en las posibles zonas de operaciones y rutas marítimas, hicieron que los ataques en manada, ("Manadas de lobos") no fueran posibles dadas las altas posibilidades de detección de grupos de submarinos (incluso en inmersión) desde el aire de forma visual. De hecho en un ataque a un convoy usando dicha táctica los alemanes perdieron 5 submarinos con el balance de 2 mercantes hundidos como contrapartida.

Por esas y otras causas las pérdidas de los submarinos italianos fueron elevadas desde los comienzos del conflicto, sobre todo los asignados al mar Rojo, por culpa de las pésimas condiciones meteorológicas y a pesar de que las condiciones geográficas y operativas eran similares a las del Mediterráneo, con la diferencia de la estrecha franja de mar que tiene el anterior. A pesar de ello los submarinos italianos tuvieron algún que otro éxito en algunos ataques a convoyes.

Fue notable la utilización de los submarinos italianos en vigilancia costera en la cual no se registraron resultados satisfactorios. También fueron usados durante todo el conflicto submarinos de gran desplazamiento para el suministro de materiales al frente de África, sobre todo aquellos de primera necesidad que eran reclamados de una manera urgente e inmediata.

Del 9 al 11 de enero de 1941, los ingleses inauguraron con un convoy el comienzo del desplazamiento de grandes convoyes para abastecer Malta y la armada del Nilo. Posteriormente a éste se organizaron otros dos convoyes uno en mayo y otro en julio del mismo año que iban fuertemente protegidos y escoltados por todas las fuerzas disponibles en el Mediterráneo, reforzadas además por escuadrillas de la Home Fleet enviadas desde Gran Bretaña. Todos estos convoyes dieron lugar a acciones aeronavales en su contra con participación de submarinos los cuales dieron un rendimiento inferior a las previsiones calculadas antes de la guerra. Además de lo más arriba descrito las causas del fracaso hay que buscarlas en una falta de coordinación y organización de una manera persistente, que impedía una elevada concentración de buques atacantes, afectando al ataque combinado de fuerzas aéreas y de superficie. También hay que añadir al fracaso de los submarinos italianos la carencia de una tecnología más avanzada para la detección de objetivos.

La intervención de submarinos alemanes en el Mediterráneo desde finales de 1941 dio como resultado los hundimientos del portaaviones Ark Royal y del acorazado Barham (13 y 25 de noviembre respectivamente). Posteriormente el 15 de junio de 1942 durante la operación Vigorous hundieron el crucero Hermione hecho llevado a cabo por el U-205. El 11 de agosto del mismo año fue hundido por el U-73 el portaaviones Eagle que formaba parte de la escolta de un convoy salido de Gibraltar con dirección a Malta. Resultados claramente discretos por lo que Dönitz decidió enviar de nuevo sus submarinos a operar en aguas del Atlántico.

Sin embargo los submarinos ingleses actuaron de forma brillante con sus submarinos con base en Malta y Alejandría al atacar el tráfico italiano continuo entre Italia y Libia, cuyos convoyes iban insuficientemente protegidos y careciendo sus escoltas de un equipo adecuado para la guerra antisubmarina (detección y armamento).

También los buques británicos operaron en las proximidades de las bases italianas de submarinos controlando su actividad y practicando una agresiva lucha antisubmarina.

La situación en el Mediterráneo fue empeorando hasta el punto que los submarinos debieron operar prácticamente solos, siendo ayudados ocasionalmente por la fuerza aérea durante las grandes operaciones en el norte de África y en Italia, resultando su actividad cada vez más peligrosa para su integridad, ya que no tenían ninguna posibilidad de variar el rumbo del conflicto ante la notoria y progresiva superioridad aliada.

Mediavilla
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