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Chapas para blindajes Elaboración, composición y evolución de las chapas de blindaje Las primeras chapas de blindaje eran de hierro laminado y tenían un espesor normal de 110 mm. espesor que; con la evolucion de los proyectiles de artillería (que habían aumentado su poder de penetración) fue a su vez aumentando hasta llegar a los 610 mm. Dado que estas planchas (que eran extremadamente pesadas) no tenían una dureza suficiente para evitar la perforación, se comenzó a estudiar el modo de sustituirlas por otras hechas con un metal más duro, pensando sus fabricantes principalmente en el acero y en la fundición endurecida. Esta última, fabricada hacia finales del siglo XIX, no dio los resultados esperados porque a pesar de su dureza carecía de la elasticidad necesaria, lo que hacia que al recibir sucesivos impactos se fuera resquebrajando y rompiendo, debiendo por lo tanto ser fabricadas de forma cóncava para mejorar sus características, y siendo utilizadas preferentemente en casamatas y cúpulas blindadas para diversos cometidos, entre ellos la defensa costera pero no para construcción naval. En cuanto al acero las primeras planchas fueron fabricadas en Creusot (Francia) y en sus primeras pruebas no dieron los resultados apetecidos a pesar de sus ventajas sobre otros tipos de hierro (fundido, forjado, laminado, etc.) entre las cuales de destacaban la dureza y la rigidez. El motivo del fracaso es que además de que el impacto de un proyectil se reparte entre toda la masa, tiene el inconveniente de ir agrietándose progresivamente y desprendiéndose fragmentos de la chapa si los impactos se repiten en puntos demasiado próximos entre sí. En 1876 se hicieron ensayos en la Spezia para elegir el tipo de chapa con la que se deberían construir los acorazados Duilio y Dándolo. Las conclusiones definitivas fueron que el hierro laminado tenía unas mejores características que el acero. Pero ocurrió que la fabrica francesa de Creusot presentó un acero llamado Schneider que resultó ser el elegido por los muy buenos resultados obtenidos. Los fabricantes del hierro laminado no se resignaron a perder su supremacía y comenzaron a trabajar en blindajes mixtos o compound formados por dos chapas adheridas o superpuestas, la exterior con 1/3 del grueso total de acero y la interior de hierro laminado. El trabajo fue hecho en Sheffield (Gran Bretaña) y consistía en unir las dos planchas poniendo una intermedia de acero en fusión; el proceso se llamaba de Ellis. En otra fábrica (Cammell) siguiendo el método Wilson que consistía en echar el acero sobre las planchas de hierro calentadas al rojo, laminando posteriormente el conjunto y templándolo por la cara del acero que era la exterior del blindaje con lo que la cara exterior (de acero templado) resistía por su dureza a la penetración y la interior (de hierro) actuaba como amortiguador de los impactos. Al principio el blindaje mixto era el preferido para blindajes, pero los fabricantes de chapas de acero volvieron a su vez a pelear por lograr de nuevo su superioridad, el blindaje mixto mantuvo su supremacía y todos los fabricantes comenzaron a trabajar en la mejora de las características del acero, hasta 1880 en que en la fábrica Creusot fabricaron las primeras chapas de acero con níquel, que comparadas con el resto de planchas fabricadas hasta entonces las aventajaban en dureza, elasticidad y resistencia. Posteriormente en 1892 St - Chamond fabricó unas planchas de acero con aleación de cromo-níquel con una resistencia un 30% superior al resto. Krupp también contribuyó al progreso en este campo con la fabricación de chapas de acero-níquel con muy buenos resultados. En pruebas efectuadas por estas industrias alemanas, las chapas tenían una resistencia del doble que las de hierro forjado, por lo que con una chapa de acero-níquel con la mitad de espesor se tenía la misma protección. En 1890 se pensó en cementar las chapas de hierro con carbón, con lo que éste hacía que parte de ellas se convirtieran en acero por la penetración del carbono (unos 2 cms. de espesor), templándolas después para endurecer la superficie acerada la cual se coloca hacia el exterior. Este procedimiento fue adoptado por otros fabricantes y a estas chapas se las denomina harveyzadas ya que fue Harvey el inventor del método. El procedimiento se empleó en todo tipo de aceros y aleaciones, y hoy en día se utilizan aceros especiales muy resistentes con poco espesor. Las chapas en blindaje naval ya no son aquellas de grandes espesores en sus comienzos y los procedimientos de montaje y soldadura variaron considerablemente. Con las nuevas chapas los nuevos buques de guerra tienen protección con poco peso lo que mejora considerablemente sus características de velocidad y maniobrabilidad. Mediavilla |
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