Un español en la Avenida de los Justos

En marzo de 1944, las tropas Alemanas invaden Hungría. En un principio se trató de unidades de tránsito en dirección a los Cárpatos para frenar a las Tropas Soviéticas que invadían esa zona de Europa Central, pero paulatinamente empezaron también a infiltrarse en el Gobierno del Regente: Almirante Miklos Horthy.

Las leyes discriminatorias hacia la población Judía de Hungría, la más elevada del antiguo Imperio de los Habsburgo, empezaron a endurecerse. En el verano de 1944 el Regente se entrevistó con Adolf Hitler para negociar la salida de las tropas Alemanas de Hungría, este último no solo no accedió a ello, sino que completó totalmente la ocupación de facto de Hungría, aduciendo que el Gobierno del Regente había mantenido conversaciones secretas con los Aliados para proporcionar la salida de Hungría de la 2GM.

España mantenía la Legación Diplomática -no era una Embajada propiamente dicha- en Budapest. El Responsable de la Legación hacía algunos meses que había sido llamado a Madrid y no se había nombrado un nuevo sustituto, por lo que el Responsable de Negocios, un Zaragozano de clase media, Don Ángel Sanz Briz tuvo que hacerse cargo provisionalmente (lo provisional por norma general se convierte en definitivo) de la representación Diplomática de España ante el Gobierno Húngaro.

A partir de junio de 1944, empezaron las masacres en Hungría de la población Judía, al principio se limitó a las zonas rurales, para poco después organizar en Budapest el ghetto Judío, desde donde se realizaban las deportaciones de estos hacia Alemania: Auschwitz, Bergen-Belsen y Dachau entre otros. Los representantes de Suecia, Portugal, Suiza, El Vaticano, Cruz Roja Internacional y España, se reúnen a partir de junio de 1944, para tratar de detener o ralentizar estos desmanes contra la población Judía de Budapest y el resto de Hungría.

Don Ángel Sanz Briz decide por su parte, otorgar pasaportes Españoles a todos aquellos Sefardíes que lo pidiesen, por un Real Decreto del General Primo de Rivera con fecha de 1924, se reconocía la nacionalidad Española a los Sefardíes y sus descendientes, para más tarde extenderlos a todos aquellos Judíos Húngaros que tuviesen algún familiar residiendo en España, y finalmente extenderlos a todos aquellos que lo solicitasen. Don Ángel Sanz había conseguido del Gobierno Húngaro la autorización de extender un número determinado de pasaportes provisionales. Como en los pasaportes Españoles no constaba la religión del poseedor, estos podían ser expedidos a cualquiera. Aunque el sentimiento antisemita en España era muy fuerte, no existían leyes restrictivas contra este sector de la población Española, el Gobierno del General Franco no derogó el Decreto de Primo de Rivera hacia los Sefardíes y mediante una estratagema burocrática pudo emitir un mayor número de ellos. Al terminar la numeración máxima concedida por el Gobierno Húngaro de estos pasaportes volvía a comenzar añadiendo una letra al numero y para que estos pudieran representar a más de una persona se empezaron a emitir para familias completas cuyo titular podía incluir a sus ascendientes, descendientes directos y los de su cónyuge. Los primeros en acogerse a esta medida fueron los empleados Judíos de la Legación Española.

Don Ángel Sanz Briz mediante fondos privados personales, proveyó de refugio, alimentación y fármacos a todos los Judíos que estaban bajo la protección Española, llegando incluso él personalmente a rescatar a algunos protegidos que habían sido detenidos para su deportación a Alemania.

Durante la huída del Gobierno extremista Cruzflechado que había sustituido al depuesto Regente el 15 de octubre de 1944, cuando los Soviéticos estaban en las puertas de Budapest y Miklos Horthy en un gesto inesperado se dirigió al pueblo Húngaro donde denunció el pacto tripartito y el abandono de Hungría de la guerra, se cometieron atroces venganzas, no solo sobre la población Judía de Budapest sino de todo aquel sospechoso de derrotismo, colaboración con los Soviéticos o de índole personal. Las fuerzas paramilitares Cruzflechadas, chusma armada, se dedicaron a asaltar las distintas casas habilitadas como anexo a las respectivas Embajadas y Legaciones antes mencionadas, donde los Judíos habían sido trasladados por los distintos Titulares de éstas, sólo las que tenian los distintivos Españoles fueron respetadas, por lo que otros Embajadores solicitaron la protección Española de estas casas.

Don Ángel Sanz Briz tuvo que abandonar Budapest y Madrid decidió cerrar la Legación Española, a principios de diciembre de 1944. Los intereses Españoles fueron asumidos por Suecia y con ellos a los centenares de Judíos acogidos a la protección Española. Don Ángel Sanz Briz tuvo una larga y fructífera carrera Diplomática, en la cual alcanzo el titulo de Embajador, falleciendo en 1980. Tanto los Gobiernos Español, Húngaro e Israelí han reconocido la labor humanitaria de este Zaragozano. En 1991 el Gobierno Israelí le concedió el título de Justo de la Humanidad y colocó una placa con su nombre en el Yad Vashem y plantó el tradicional árbol en los jardines que recuerdan a las víctimas del Holocausto.

 

Lectura personal del libro "Un Español frente al Holocausto" de Diego Carcedo, Ed. Temas de Hoy, S.A., Madrid, febrero del 2000.

Este también es mi homenaje personal hacia la memoria de Don Angel Sanz Briz.

José Miguel Fernández Gil
"Alm. Yamamoto"
alm_yamamoto@hotmail.com

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