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Hans-Ulrich Rudel El cazador de tanques Hans-Ulrich Rudel, nació en Silesia en 1916, hijo de un pastor protestante. En 1936, después de una educación elemental muy deficiente porque Hans era más deportista que estudiante, decidió ingresar como cadete en la Luftwaffe. Inicialmente había solicitado su admisión en la escuela de bombardeo en picada, pero fue clasificado como observador de reconocimiento de larga distancia debido a su limitada preparación escolar. Al comenzar la guerra, Hans se encontraba en el servicio de reconocimiento aéreo y con el grado de segundo teniente fue enviado a Polonia donde realizó varias operaciones de larga distancia.
En 1941, con la puesta en marcha de la Operación Barbarossa en Rusia, Hans Rudel estuvo destacado en el Grupo de Ejércitos Norte, concretamente en el Báltico y la zona de Leningrado, volando su primera misión de combate el 23 de junio. Demostró que tenía cualidades de piloto que lo destacaban de sus compañeros. Sin embargo, a sus superiores les preocupaba que Rudel tuviera la costumbre de picar hasta muy baja altura para asegurar el blanco. Pero su arrojo y habilidad demostrada en las misiones le hizo merecedor de la Cruz de Hierro de Primera Clase, condecoración que recibió el 18 de julio de 1941. El 23 de septiembre Hans participó en el ataque a la flota rusa en el Báltico, que se encontraba fondeada en la bahía de Kronstadt, en la zona de Leningrado. En esta operación Rudel hundió al acorazado Marat con una bomba de 1000 Kg que hizo estallar la Santabárbara del buque soviético. Para el mes de diciembre ya había volado más de medio millar de misiones con gran éxito y al finalizar el año, el 30 de diciembre, fue condecorado con la Cruz Alemana en Oro. Quince días después, el 15 de enero de 1942 recibió la Cruz de Caballero y fue retirado del frente para que la Luftwaffe pudiera utilizar su experiencia en el entrenamiento de nuevos pilotos. Rudel fue enviado a Graz donde dictó clases a jóvenes pilotos de la Luftwaffe, pero no era esa la meta de Rudel, que ansiaba regresar al frente. Luego de insistir, sus superiores decidieron enviarlo como jefe del 1er. Escuadrón, del 1er. Ala del 2do. Grupo Stuka que estaba estacionado en el sector de Stalingrado. En febrero de 1943, después de volar su misión número 1000, Rudel fue nuevamente retirado del frente, pero con la misión de probar el nuevo Stuka Ju 87D-3, llamado "Destructor de Tanques" que estaba equipado con dos cañones Rheinmetall-Borsig de 37 mm. El nuevo avión sería el que conformaría el Panzerjagdkommando Weiss, que tendría su base de operaciones en Briansk. El nuevo Stuka fue volado por Rudel y su escuadrón en el Mar Negro contra las embarcaciones de desembarco soviéticas. En tres semanas, Hans Rudel destruyó 70 embarcaciones soviéticas con el nuevo avión y por sus méritos recibió las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero, pero nuevamente rechazó el ser retirado del frente. Durante la operación Zitadele estuvo asignado como apoyo a la 3ra. División Panzer-SS "Totenkopf" y en la primera misión, con los nueve Stukas Ju 87 G-1 de su unidad, Rudel destruyó 12 tanques en el primer día. Rudel desarrolló nuevas tácticas de ataque que fueron utilizadas en el entrenamiento de una nueva unidad destructora de tanques. En octubre de 1943, los Stukas fueron nuevamente modificados y la nueva unidad fue designada Ju 87G-1 (Panzerknacker o Kanonenvogel) y enviada al Frente del Este. El 25 de octubre de 1943, Rudel recibió las espadas para su Cruz de Caballero con Hojas de Roble y como era de rigor le solicitaron ser retirado del frente, pero como en las anteriores oportunidades aceptó la condecoración bajo la condición de que permanecería con su unidad. En marzo de 1944 fue ascendido a Coronel al alcanzar las 1500 misiones de combate. El Piloto
Fue liberado por los aliados después de un
corto período de interrogatorios y pasó un tiempo recuperándose
en Bavaria. En 1948, Hans Rudel viajó a Argentina donde trabajó
para la industria aeronáutica con otros pilotos alemanes, incluso
Adolf Galland.
El bombardero
Una de sus últimas versiones, la K, fue dotada de dos cañones anticarro de 37 mm., montados en vez del acostumbrado armamento de 7,92 de las alas. Con un Stuka así armado, que disparaba proyectiles con interior de durísimo tungsteno para aumentar su poder de penetración, el mayor Hans Ulrich Rudel destruyó en el frente oriental 519 carros rusos. El Stuka, fabricado en gran número de variantes, combatió prácticamente en todos los frentes hasta los últimos días del conflicto.
Antonio Guerrero |
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