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Casos de Estudio 009: Corsarios del Eje Crucero auxiliar Kormoran
El crucero auxiliar Kormoran fue realizado a partir de la transformación del buque Steienmark, de la Hapag, un antiguo carguero de 8700 ton capaz de desarrollar 17 nudos, propulsado por motores Diesel y armado con 6 cañones de 150mm, 6 tubos lanzatorpedos, 6 cañones de 37mm y 6 ametralladoras pesadas; equipado como los restantes buques de este tipo con minas submarinas, que tan devastadores efectos causaran durante la última contienda mundial. Montaba asimismo los dispositivos de enmascaramiento habituales en este tipo de buque, así como los equipos de combate que harían posible cumplir su función de ataque al tráfico mercante aliado, directores de tiro, hidroaviones, telémetros etc, así como también de una lancha de cierto porte para el fondeo de minas. Auspicioso comienzo El Kormoran partió de Gotenhafen en diciembre de 1940, al mando del Capitán de Corbeta Theodor Detmers, como era habitual, en un día pésimo para la observación por la tormenta que se desarrollaba en la zona. El buque enfila hacia el Estrecho de Dinamarca al igual que casi todos sus antecesores y lo cruza sin incidentes, llegando a mediados del Atlántico sin novedades dignas de mención. Cerca de las islas de Cabo Verde captura el 6 de enero este corsario su primera víctima, el carguero griego Antonis, de 3.700 ton, con un cargamento de 4.800 ton de carbón de Cardiff a Rosario. El buque no emitió señales de alarma, por lo que los alemanes lo abordan y le colocan cargas de demolición, volándolo tras tomar a su tripulación prisionera. Esta zona estaba asignada al Acorazado Scheer, por lo que el alto mando ordena a Detmers situarse entre estas islas y las Canarias, en esta zona intercepta en la noche del 18 de enero al petrolero británico British Union, de 7.000 ton que viajaba en lastre de Gibraltar a Trinidad. A una distancia de 6.000 metros abre fuego sobre el desprevenido buque, pero los artilleros de este rápidamente se reponen y responden el fuego, al tiempo que se lanzan al éter frenéticas llamadas de auxilio. A la tercera salva, los artilleros del Kormoran alcanzan al petrolero y causan 17 muertos entre su tripulación y este cesa de inmediato sus llamadas radiotelegráficas, así como deja de disparar sobre el buque germano; por lo tanto Detmers ordena hacer lo propio y abordar el buque para inspeccionarlo y hundirlo posteriormente con cargas de demolición, como esto último no resulta, se dispara también un torpedo que finalmente pone fin a la carrera de este barco al servicio de Su Majestad Británica. Atlántico Sur El Kormoran captura el 20 de enero al Africa Star, un buque mixto de pasaje y carga de la Blue Star line de 12.000 ton que viajaba de Buenos Aires a Inglaterra con carne congelada y mantequilla y tres pasajeros a bordo. Como el barco inglés no obedece la orden de detenerse y comienza a transmitir señales de alarma, es cañoneado y alcanzado en repetidas ocasiones hasta que cesa su resistencia y es abandonado. 77 británicos, entre ellos dos mujeres son tomados prisioneros y al barco se le colocan cargas de explosivos para hundirlo, pero éstas no lo logran y Detmers ordena disparar un torpedo para rematar al desdichado buque. En la noche de ese mismo día, el corsario germano detecta a otro buque en las cercanías, se trataba del también británico Eurylochus, de 5.720 ton de desplazamiento, perteneciente a la Blue Funnel Line, que transportaba nuevos bombarderos británicos sin sus motores para las fuerzas que combatían en Egipto. Al ordenarle detenerse, el navío inglés lanza señales de alarma y efectúa algunos disparos, por lo que el corsario abre fuego y a los pocos minutos lo alcanza; en este punto, la tripulación del carguero decide abandonarlo y los botes son arriados al agua, por lo que los alemanes cesan sus disparos. Como las llamadas del Eurylochus tuvieron eco en varias estaciones radiotelegráficas y buques aliados, Detmers decide hundir rápidamente a este barco con un torpedo sin abordarlo y tras recoger a los botes con supervivientes, toman a bordo a los tripulantes de dos de ellos y notan que otros se habían alejado para no caer prisioneros. Al lanzar el torpedo, súbitamente los alemanes detectan que uno de los botes se acercaba nuevamente al abandonado carguero. También notan que el torpedo se dirige directo a ellos en rumbo de colisión, por lo que frenéticamente se les hacen señales de que desvíen el rumbo, aunque sin resultados, el torpedo alcanza al buque junto al bote y todos sus tripulantes mueren. Tras repostar combustible del Nordmark a mediados de febrero, y transferirle sus prisioneros, 170 a esta altura, se dirige al sur, a la Bahía de las Ballenas, a los efectos de fondear un campo minado. El mal tiempo impide esta tarea, y luego surgen problemas en las máquinas que deben ser reparadas con lo que los marinos germanos tienen a mano. El 25 de febrero se reúne este buque con el Pinguin, en un rendez-vous ordenado por el alto mando alemán, con el objeto de que los capitanes cambien impresiones y coordinen acciones futuras. El 15 de marzo el Kormoran se reúne con el submarino U-124, cerca de las costas brasileñas, a la altura de Natal, al que reposta de combustible y algunos torpedos, ayudándolo también a reparar una pequeña vía de agua. Dos días más tarde hace lo mismo en esa posición con el Scheer y el U-105 ya que este último traía repuestos para el radar del acorazado.
Tras estas operaciones, el corsario opera en la ruta El Cabo - Nueva York y Freetown - Sudamérica, y el 22 de marzo detiene al petrolero británico Agnita, de 3.560 ton que viajaba en lastre a Venezuela para cargar crudo; tras abordarlo lo hunden con cargas de demolición, disparos de cañón y finalmente un torpedo, tras recoger a sus 38 tripulantes. Detmers decide retornar tres días más tarde a la misma posición y en la mañana detecta un buque en las cercanías, este trata de escapar pero es cañoneado y decide detenerse. Se trataba del petrolero Canadolite de 11.500 ton, armado de tres cañones, dos de 12 y uno de 7,5. Se decide enviar este buque a Burdeos con una dotación de presa. Luego será utilizado por los germanos con el nombre Sudeterland. Algunos días más tarde se reúne con otros submarinos alemanes, los U-105 y 106, ambos iban a petrolear del Nordmark y el primero traía además metales para los cojinetes del corsario. El Kormoran proporciona 13 torpedos al U-105 y los escolta mientras se realiza la operación de carga de combustible. Nuevos éxitos Siguió operando este crucero en las cercanías de las costas brasileñas, donde echaba a pique sucesivamente a los cargueros Craftsman de 8.800 ton y al griego Nicolaos de 5.500 ton, el primero con cargamento de redes antisubmarinas y el segundo con cargamento de pino americano; ambos resultaron averiados en el combate y pese al gran interés para los germanos por la carga del segundo, debió ser hundido por las averías que presentaba. Tras estos hundimientos, Detmers se dirige con su buque hacia el Sur, petroleando del Nordmark y transbordando sus prisioneros al Dresden más tarde, ya que este buque se dirigía a Alemania. Tras un rendez-vous con el Atlantis y el Alsterufer, para municionar y cargar alimentos, se dirige al Indico cumpliendo órdenes del Alto Mando, a donde llega a principios de Mayo. En ese entonces los alemanes cambian el disfraz de buque ruso por el del japonés Sakito Marú. Detmers sitúa su buque al Sur de Ceilán a la espera de buques aliados pero solamente avista un buque americano, por lo que el capitán, prudentemente decide alejarse de la zona y cambiar nuevamente de disfraz, caracterizando el corsario como el carguero japonés Kinka Marú, con la idea de fondear campos minados en el Golfo de Bengala. Misión que iba a ejecutar el Pinguin antes de ser hundido. El buque germano penetra en el Golfo de Bengala el 19 de junio y arrumba a Calcuta para cumplir la misión de minado, pero es avistado por el crucero auxiliar británico Cantón, el que intenta acortar distancias para reconocerlo. Detmers ordena aumentar su velocidad y los ingleses renuncian a la caza; seguramente considerando que el buque "japonés" no admitiría de buen grado el registro y deseando evitar incidentes con estos. De todas formas captan los alemanes un mensaje del buque británico, y aunque no puede ser descifrado, es muy probable que ponga en alerta las defensas del puerto y decide desistir de la misión de minado, retornando al Índico. Antes de alcanzar este océano, los germanos descubren un buque en la noche y lo cañonean al no detenerse; se trataba del yugoslavo Valevit de 4.150 ton, que iba en lastre y se incendia violentamente; el buque es dejado al garete ya que Detmers asume que embarrancaría en algún arrecife de las islas Andamán, empujado por la corriente, cosa que finalmente sucede y es rescatado el capitán y algunos tripulantes que permanecieron a bordo. Un día más tarde el Kormoran detiene y hunde al buque australiano Mareeba, de 3.500 ton en viaje de Batavia a Colombo cargado con azúcar en bruto. Este buque fue abordado y por su diario de navegación se enteran los alemanes que el crucero australiano Sydney se encontraba en las cercanías, por lo que tras hundir al desdichado carguero, se alejan a toda máquina hacia el Sur. Los mensajes de auxilio emitidos por el carguero fueron captados por la estación radiotelegráfica de Aden y los germanos lo supieron. De Trincomali salió el portaaviones Hermes y el crucero Enterprise a darle caza, pero prudentemente los alemanes ya se encontraban lejos. Detmers hace una pausa en medio del Índico a los efectos de hacer mantenimiento a sus motores, desmontándolos completamente de a uno, y su tripulación procede a metamorfosear nuevamente al buque, esta vez convirtiéndolo en el carguero Holandés Straat Malaka. Tras estas operaciones, deciden los germanos establecer su coto de caza en aguas Australianas. El 23 de setiembre detiene sin combate al carguero griego Embericos, de 4.000 ton, en lastre de Mombasa a Colombo, el que es hundido tras recoger a su tripulación. Detmers decide efectuar las pospuestas operaciones de minado en puertos australianos, por lo que concreta una reunión con el Kulmerland en el Índico Sur; arrumbando luego al puerto de Freemantle para minarlo. Último combate: un éxito inigualado En la mañana del 19 de noviembre los encargados de preparar las minas que serían fondeadas en la noche siguiente en el puerto de Freemantle trabajaban para dejar a punto los artefactos, cuando es avistado por la amura de estribor un buque, que los serviolas pronto identifican como un crucero ligero británico. Se trataba del crucero australiano Sydney, de 7.100 ton, cuyo armamento principal estaba compuesto por 8 cañones de 152 mm , 8 de 102 mm y 8 tubos lanzatorpedos. Detmers ordena alejarse a toda máquina, pero es avistado y los australianos acortan distancias rápidamente con el fin de reconocer al huidizo carguero... . Evidentemente los australianos nos sospecharon nada y continuaron acercándose más allá de lo que la prudencia indica como aceptable, mientras transmitían señales a los alemanes, las que éstos deliberadamente tardaban en contestar. Esto continuó hasta que el crucero corta la estela del Kormoran a 3.000 metros, continuamente observando al buque germano y con su tripulación en sus puestos de batalla. Por fin, a unos 1.000 metros de distancia, el Sydney toma un rumbo paralelo al corsario germano y le interroga mediante banderas, tratando de saber qué buque es y a donde se dirige, pidiendo a continuación su código secreto. Como los alemanes no tenían idea de cuál podía ser este, Detmers ordena abrir fuego de inmediato. Los alemanes arrían la bandera holandesa y bajo la bandera de la marina de guerra alemana se disponen a combatir hasta la muerte. La primera salva del Kormoran obtiene tres impactos, destrozando la dirección de tiro del crucero y alcanzando el puente de mando; otro voló la torre de 152mm número 2 y un cuarto destrozó el hidroavión, que minutos antes estaba listo para ser lanzado a reconocer al inocente "carguero" holandés. Mientras el implacable castigo artillero se desataba sobre el crucero australiano, dos torpedos fueron lanzados contra este buque; que aún no contestaba el fuego alemán. Cuando finalmente lo hizo, su primera salva cayó larga; recién la segunda obtuvo un impacto en los tanques de fuel oil de los motores auxiliares del buque germano, y un segundo impacto destruyó los transformadores eléctricos de los motores principales. Al tiempo que esto sucedía, el Sydney fue alcanzado por un torpedo debajo del puente, lo que dejó fuera de combate otra de las torres principales de artillería y evidentemente averío el sistema de gobierno, ya que el crucero cayó súbitamente contra el Kormoran y cesó de disparar. Hacía cinco minutos que el buque alemán disparaba frenéticamente contra su oponente hasta con las ametralladoras, ya que la distancia se lo permitía, y el resultado para este fue fatal, las superestructuras estaban destrozadas y el buque con graves daños. En este punto, el Sydney cruza la estela del corsario germano y se aleja en llamas por la amura de babor, lanzando dos torpedos que fallan el blanco. Los alemanes en tanto continuaban disparando al ritmo máximo que su tripulación podía mantener, y lanzan entonces otros dos torpedos, los que no logran impactos, esto continuó hasta los 9.000 metros y cuando ya hacía media hora de iniciado el combate, que sería fatal para los dos buques. A bordo del Kormoran tenían fuera de control el incendio provocado en los tanques de combustible de los motores auxiliares y Detmers ordena preparar el abandono del buque, considerando que el material de lucha contra incendios se hallaba inutilizado y que el fuego pronto alcanzaría las minas estibadas en la popa. Se arrían los botes y los germanos abandonan al sentenciado buque, el que minutos más tarde explota y se hunde rápidamente con 20 muertos a bordo. Del Sydney nunca más se supo nada, su tumba acuática permanece ignorada ya que el único indicio que se tuvo del buque fue una solitaria balsa con un cadáver a bordo hallado meses más tarde y a 2000 kilómetros del lugar del combate. Los detalles del Apocalipsis vivido a bordo de este buque a partir de su contacto con el Kormoran permanecerán ocultos por siempre ya que no sobrevivió ninguno de sus 640 tripulantes. Los motivos de la tardanza en reaccionar del crucero australiano solo pueden ser supuestos, pero probablemente alguna falla grave se haya producido previo al combate, ya que desde que se abatieron las estructuras que ocultaban los cañones del navío germano, hasta que este abrió fuego, pasaron varios segundos durante los cuales estos movimientos eran perfectamente visibles desde el buque australiano... aún así, esto no explica por qué las ametralladoras pesadas y las piezas operadas manualmente aparentemente no abrieron fuego (a esa distancia hubiera sido imposible fallar) y solamente las torres de artillería pesada lo hicieron brevemente, obteniendo aparentemente cuatro impactos, los que finalmente sentenciaron al Kormoran. Dicha falla, evidentemente subsanada por algunos minutos, ya no pudo ser solucionada luego. Una explicación sobre la ausencia de respuesta de las piezas de menor calibre podrían ser las elevadas bajas causadas por las piezas ligeras germanas; pero resulta poco creíble que todos los servidores de las mismas hubieran quedado incapacitados en menos tiempo del que lleva apretar el gatillo en armas seguramente listas para la acción. De todas formas, el error fundamental en toda la acción por parte del comandante australiano, fue el confiarse excesivamente y acercarse a 1000 metros del buque alemán; lección bien aprendida por el resto de los comandantes aliados que ya no darían esta chance a los buques sospechosos que detuvieran en el futuro: se mantendrían a varias millas de distancia. Los sobrevivientes alemanes fueron llegando en su mayoría a costas australianas siendo rescatados el resto por buques aliados. Todos fueron internados en un campo de prisioneros en la isla continente hasta 1947, cuando fueron finalmente repatriados a Alemania. El Kormoran surcó los mares durante casi once meses, apresando o hundiendo once buques enemigos con unas 70.000 ton de registro bruto y sumando finalmente al crucero ligero Sydney de 7.000 ton, hecho único en la historia naval, en que un mercante armado logra hundir un crucero en combate abierto. Bibliografía: "Corsarios Alemanes en la Segunda Guerra Mundial". Luis de la Sierra, Ed. Juventud, Barcelona. 1960 "El Almirante Canaris". Karl Heinz Abshagen. Ed. Espasa-Calpe, Buenos Aires. 1962 "El Servicio Secreto Alemán". Gert Buchheit. Ed. Luis de Caralt, Barcelona. 1970 "La Flota de Alta Mar de Hitler". Richard Humble, Ed. San Martín "Lucha y Muerte de la Kriegsmarine". Cajus Bekker, Ed Luis de Caralt. Jorge Panuncio |
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