Casos de Estudio 004:

Operación "Barbarroja"

La gran purga soviética

Las primeras décadas del estado soviético, se caracterizaron por la constante lucha de diferentes líneas de pensamiento comunista. La fuerza política y militar eran las herramientas que los poderosos utilizaban para afianzarse en la estructura del estado. La forma mas práctica de evitar competencia política era eliminar la amenaza antes de que esta pudiera destacarse. La pena de muerte aplicada por el estado era una herramienta muy útil, que los encumbrados utilizaban para eliminar cualquier amenaza real, sospechada o imaginaria contra su posición política.

Stalin fue el más hábil de los políticos soviéticos de la época, y logró encumbrarse como cúspide de la estructura de poder en la Unión Soviética. Una vez en la cima del poder, su principal preocupación fue la de mantenerse en la misma.

El ahora dictador, Stalin, utilizó como pocos en la historia, la estructura del estado para eliminar la más ligera oposición a su régimen. De forma habitual los elementos no deseados eran eliminados. Sin embargo en la década de los 30's, Stalin, temeroso de su propias fuerzas armadas, eliminó tal cantidad de militares, que muchos enterados dudaban que la maquinaria militar soviética pudiera seguir funcionando. Dichos eventos pasaron a la historia como la gran purga stalinista.

Dicha purga ha tenido sus efectos, en primera instancia, en los resultados de la operación Barbarroja, y por lo tanto de la guerra ruso-germana, de la segunda guerra mundial, y sin lugar a dudas, de la geopolítica mundial actual.

Empezando en 1937, todos aquellos mandos que destacaran por su liderazgo y que no fueran, probadamente fieles a Stalin fueron fusilados o encarcelados. La siguiente relación macabra da una idea de la magnitud de la purga.

3 de 5 Mariscales, 60%.
11 de 11 Vicecomisarios de la defensa, 100%.
13 de 15 Comandantes de ejercito, 86%
57 de 85 Comandantes de cuerpo de ejercito, (67%).
110 de 195 Comandantes de División, (56%).
220 de 406 Comandantes de Brigada, (54%).

Otros 35,000 oficiales y suboficiales fueron purgados, y muchas decenas de miles de elementos de tropa también.
Asimismo funcionarios de producción, inteligencia, suministros, marina de guerra y la fuerza aérea dejaron de existir. Todos los comandantes de Distrito Militar fueron fusilados. Numerosos políticos desaparecieron para siempre.
El ejército rojo no solo quedó terriblemente acéfalo, sino que entre todo el escalafón de mando reinó el temor, apatía, inercia y deseo de escapar a toda responsabilidad, y sobre todo una necesidad vital de no destacar.

En 1941, el ejército rojo era el ejército más numeroso y equipado del mundo. Millones de soldados, decenas de miles de tanques y aviones, hacían de la Unión Soviética el país con el ejército más "poderoso". Sin embargo poco sabía el mundo de miles de militares que desaparecieron en los calabozos de la NKVD, el instrumento de terror de Stalin. Para ser un oficial del ejército rojo, el principal requisito era tener la confianza de Stalin, la capacidad de mando o brillantez militar eran segundo plano.

El ejército rojo adolecía de la falta de mandos adecuados y una organización eficiente. Esto se manifestó de forma catastrófica durante las primeras semanas de Barbarroja. Ejércitos completos dejaron de existir. Su oponente, las fuerzas aliadas del tercer reich, por el contrario, contaban con brillantes jefes, organización vanguardista y probada en el campo de batalla.

Algunos de los desastres militaras más terribles de la historia tuvieron lugar en aquel verano de 1941. Un factor de suma importancia en estos eventos, fue sin lugar a dudas la gran purga.

El mariscal Tujachevsky precursor de las formaciones blindadas rusas

El mariscal Tujachevsky, brillante militar, precursor de la idea de división y cuerpo blindado, desarrolló y organizó la idea de grandes unidades blindadas al mismo tiempo que los grandes expertos en la materia alemanes. Organizó 16 cuerpos acorazados, aunque los tanques incluidos en los mismos eran muy deficientes; apoyó a Federenko en el desarrollo de tanques como los de la serie KV y T-34, que convertirían a las divisiones blindadas rusas en herramientas temibles. Sin embargo Tujachevsky no viviría para verlos. Fue purgado y las fuerzas armadas soviéticas perdieron a su "Guderian".

Un efecto importante de la purga fue que elevó a los grados más altos a los miembros del grupo llamado "Ariete de la Caballería", incondicionales a Stalin y veteranos del primer ejército soviético de caballería de la guerra civil. Algunos incompetentes como Budenny, Pavlov, Kulik y Schadenko, y otros destinados a destacar como Timoshenko y Zhukov.

Especialmente dañina fue la designación de Kulik como jefe de la producción de armamento. En 1941 La Unión Soviética era la única potencia con grandes cantidades de unidades de caballería, mas de 30 divisiones. Pensando en el gran ejército del pueblo, desestimó el uso de armas automáticas que el llamaba "armas de policía", y frenó el diseño y producción de armas antitanque y antiaéreas, a favor de piezas de artillería de apoyo a la infantería y de campaña.

Por otro lado Pavlov, malentendiendo las enseñanzas de la última guerra civil española, disolvió los cuerpos blindados y fueron repartidos entre la infantería. Sin embargo en noviembre de 1940, aprendida la lección francesa, se volvieron a formar dichos cuerpos, e incluso se aumentó su número a 22.

Es innegable que el gran legado de este -por un lado ineficaz grupo militar- fue la capacidad de reclutar, armar y preparar cantidades impresionantes de soldados de forma totalmente eficiente.

Los hechos son que durante 1941 y 1942, la Unión Soviética sufrió reveses que rayan en el desastre. Y sin embargo al final, y a pesar de la gran purga, ganó la guerra sobre Alemania, obviando una infinidad de otros factores por supuesto.

Parecería aberrante pensar que un factor que ayudó a la Unión Soviética a ganar la guerra fue la gran purga. Es muy complicado analizar este factor, sin entrar al terreno de la especulación. Sin embargo hay hechos contundentes.

La Unión Soviética presentó un frente político sólido. A pesar de las terribles pérdidas en territorio, material y humanas, nunca hubo una intención de capitular. De hecho no está muy claro como pensaban los alemanes lograr que se rindiera la Unión Soviética. No fue suficiente conquistar millones de kilómetros cuadrados de territorio, ni destruir decenas de miles de aviones y tanques, ni matar millones de rusos, o capturar ejércitos completos.

Como operación, Barbarroja, no fue exitosa al no lograr cumplir sus objetivos militares. Como experiencia militar, es uno de los ejemplos más brillantes del triunfo de las estrategias y liderazgo superiores.

Sin embargo el estado soviético demostró que podía soportar pérdidas que muy pocos estados podrían soportar. Y aun en el cenit de Barbarroja, cuando más cerca de sus objetivos estaban los alemanes, era obvio, que la Unión Soviética podía permitirse perder muchos millones de kilómetros de territorio, millones de vidas, y miles de máquinas de guerra más. Por muy cerca de lograr sus objetivos que Barbarroja hubiera estado, resulta evidente que aunque hubiera sido exitosa no hubiera sido suficiente por si misma para ganar la guerra contra un enemigo como la Unión Soviética de Stalin.

Resulta pues intrascendente, desde este punto de vista, que Barbarroja hubiera tenido éxito o no. El hecho es que el estado que Stalin había creado era, gracias a la gran purga, uno junto con el dictador, y la voluntad del dictador era que mientras hubiera un regimiento en pie de guerra, de los miles que podía tener, que controlara un kilómetro cuadrado de territorio soviético, de los millones de estepa que existían, no habría paz. Y en un país donde no cabía la posibilidad de que una fuerza política considerara que el límite de sufrimiento había sido alcanzado y derrocara al estado para poder hacer la paz, Alemania no podía considerar que tenía los recursos para lograrlo.

Alemania, le hizo la guerra más que al pueblo ruso, al estado stalinista. Si esperaba que este se desmoronara con una contundente derrota militar, como parecería lógico que sucediera, sus esperanzas fueron vanas. El estado stalinista era tan fuerte como era posible. Y la gran purga, o el temor de una muerte segura si se oponía al régimen, eran el concreto que le daba su solidez. Destruir el estado stalinista era un objetivo que resultaba realmente complicado. Mucho más que lograr victorias contra Rusia en el campo de batalla.

Javier Martinez
chilammx@yahoo.com.mx

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