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Casos de Estudio 004:
Operación "Barbarroja"
Acciones en el frente Norte
5) Acciones en el Frente Norte
El 22 de junio de 1941 la Luftwaffe logró sorprender en el suelo a la
mayor parte de los aviones rusos apostados en los aeródromos cercanos
al frente. Fue una sorpresa agradable para los alemanes ver a decenas
de aviones rusos alineados en las pistas como para un desfile. Usaron
bombas de fragmentación para atacarlos. Estas bombas de 2 kg. de peso,
al estallar arrojaban un diluvio de acero que despedazaba a los aviones.
Algunos cazas rusos I-16 que lograron despegar fueron rápidamente derribados
por los ME-109 alemanes. Tampoco tuvieron éxito los rusos al tratar de
mandar al ataque a sus pesados bombarderos sin escolta. En todos los frentes,
los alemanes contabilizaron 1.800 aviones soviéticos destruidos, más de
la mitad de ellos en tierra.
La resistencia inicial de parte de los rusos en esta zona fue relativa,
ya que Stalin había concentrado la mayor parte de sus fuerzas en el Sur,
donde creía que los alemanes harían su principal esfuerzo.
El XVIII Ejército bordeando la costa del Báltico se dirigió hacia la antigua
capital de Letonia, la ciudad de Riga. En tanto, en el primer día de batalla,
los panzer del LVI Cuerpo Panzer habían recorrido 80 km. para capturar
el acceso interior al Báltico, es decir la carretera y viaducto ferroviario
sobre la desembocadura del Dubisa, cerca del pueblo de Airogala.
La primer desagradable sorpresa para el Grupo Norte, ocurrió el 23 de
junio, cuando los panzer del XVI Cuerpo Panzer se encontraron con una
formación de más de 300 blindados rusos, muchos de los cuales eran tanques
pesados con cualidades desconocidas para los alemanes. Se trataba de los
tanques pesados KV (Climent Voroshilov). El KV-1 de 47 toneladas era muy
superior en peso, coraza y armamento a los mejores carros alemanes, los
Panzer III y IV, y sin embargo solamente era un poco más lento que aquéllos.
Por otro lado el KV-2. aún mayor que el KV-1, estaba armado con un obús
de 152 mm. Además los KV tenían orugas más anchas, los que les dotaba
de mayor tracción en la arena y el lodo del frente norte. Los proyectiles
alemanes disparados contra los KV desde distancias de 700 metros, e incluso
a distancias tan cortas como 100 metros, simplemente rebotaban contra
las gruesas corazas. Un KV-2 llegó a registrar 70 impactos!! de
cañones de 50 y 75mm de los panzer alemanes, sin que pudieran penetrar
su coraza. Las batallas entre carros en este sector se prolongaron durante
dos días. Finalmente los alemanes tenían que recurrir a la táctica de
disparar a las bandas de rodaje de los carros rusos, para inmovilizarlos,
y dejar el trabajo de rematarlos a la artillería. También fueron destruidos
varios carros rusos por ataques de soldados a pie, los cuales usaban mochilas
con explosivos para ponerlos fuera de combate. El 26 de junio Reinhardt
aplicó una táctica que le dio resultados y le permitió destruir a casi
200 blindados, en parte gracias a su maniobra, y en parte por la falta
de experiencia de las tripulaciones rusas. El recurso era que una División
Panzer mantenía el frente, mientras que otra empujaba desde el flanco
a los blindados rusos, arrojándolos contra una zona de pantanos para quitarles
posibilidad de maniobra.

Tropas alemanas inspeccionan un KV-2 capturado
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Para el 26 de junio los panzer del LVI Cuerpo Panzer de Manstein habían
recorrido más de 320 kms, destruyendo 70 carros rusos en el camino. La
razón del veloz avance era poder alcanzar el río Dvina y los pasos sobre
el río en la ciudad letona de Daugavpils, centro clave entre la frontera
y Leningrado. Capturar el puente de 220 metros de la carretera y el puente
ferroviario mantendría abierto el flujo alemán hacia el norte. Para capturar
el puente Manstein se valió de 25 hombres del Regimiento Brandenburgo,
unidad especialmente entrenada para este tipo de misiones, que hablaba
en ruso. Disfrazados como rusos heridos se mezclaron con las tropas rusas
en retirada y lograron cortar los cables de las cargas de demolición de
los puentes. Los rusos contraatacaron matando a varios alemanes, entre
ellos el líder del grupo, teniente Wolfram Knaak, pero refuerzos alemanes
aseguraron la captura de ambos puentes. El audaz golpe puso a los alemanes
a solamente 480 km. de Leningrado luego de tan sólo 4 días desde el comienzo
de Barbarroja.
Los rusos trataron de destruir la cabeza de puentes alemana con contraataques
en tierra y por parte de la aviación, pero sin éxito alguno
La paradoja de esta brillante acción, es que Manstein recibió orden de
esperar 6 días en la conquistada cabeza de puente, para que el
resto del Grupo Panzer, y particularmente la infantería, les dieran alcance.
Al retomar el avance el 2 de julio, los rusos estaban más preparados y
se añadía la dificultad de que el terreno pantanoso era menos adecuado
para los blindados. (Entretanto se había capturado Riga el 30 de junio)
A pesar de los rápidos avances del Grupo Norte, se falló en la misión
de capturar a grandes masas de rusos, dado que solamente se logró atrapar
a 6.000 soldados, porque los rusos rápidamente se retiraban de los estados
bálticos hacia el territorio de la antigua Rusia.
Problemas en los mandos alemanes complicaban aún más la situación. Se
discrepaba acerca de si hacer avanzar a los blindados por el centro, sin
el apoyo de la infantería en los flancos que se movía más lentamente.
Otro tema en debate era si primero se asegurarían los puertos del Báltico
antes de marchar inmediatamente sobre Leningrado.
El 10 de julio Stalin asume personalmente la jefatura suprema de
las fuerzas soviéticas y crea tres mandos de la dirección de la
guerra, cada uno de ellos enfrentado a un Grupo de Ejércitos Alemán.
El mariscal Voroshilov tendría a partir de ese momento la jefatura
del Frente Norte
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Casi simultáneamente, un confiado Hitler anuncia el 14 de julio
una directiva para tomar las medidas necesarias para “reducir
considerablemente el ejército en un futuro cercano”, además
de concentrar la producción de armamentos en aviones y barcos para
conquistar a su otro enemigo: Gran Bretaña
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El 12 de julio Inglaterra
y Rusia firman un acuerdo en Moscú por el cual ambos se comprometen
a no firmar acuerdos de paz con Alemania por separado. De esta manera,
ambas potencias se unen aún más contra su enemigo común... |
Para la segunda semana de julio los panzer habían logrado pasar la línea
Stalin, en la fontera rusa de 1940. El 14 de julio los panzer de Reinhardt
cruzaron el río Luga, quedando con la posesión de una cabeza de puente
a menos de 130 km. de Leningrado. Habían avanzado más de 640 kms. hasta
el momento. Sin embargo, Hitler ordena a los panzer detenerse en el Luga.
Quería reforzar sus posiciones antes de lanzarse contra Leningrado. El
XVIII Ejército, a la izquierda del avance necesitaba tiempo para terminar
de limpiar restos de enemigos en Estonia y Letonia, en tanto que en la
parte derecha del Grupo de Ejército Norte, el XVI Ejército todavía no
lograba dar alcance al Grupo Panzer 4 de Hoepner y mantener al mismo tiempo
el contacto con el Grupo de Ejército Centro. Además influyó el hecho de
que el I Cuerpo Motorizado ruso logró cercar durante tres días
al LVI Cuerpo Panzer de Manstein, lo que hizo más temeroso a Hitler con
respecto a lanzar sus puntas acorazadas demasiado adelante de la infantería.
Una ciudad se prepara para resistir:
Ante el amenazador avance alemán, el 14 de julio Voroshilov moviliza
a miles de hombres y mujeres para construir defensas en Leningrado.
Más de un millón de civiles construyeron 640 kms. de zanjas antitanques,
30.000 kms. de trincheras, 380 kms. de barreras y obstáculos, 5.000
reductos de madera y cemento armado y además, 17.000 casas o edificios
fueron convertidos en verdaderos reductos de resistencia. Leningrado,
como cuna de la revolución bolchevique, podía dar cientos de miles
de voluntarios. En un principio se pensó en formar 15 Divisiones
de milicianos, pero la falta de armamento e instructores redujo
esta cifra a 3 Divisiones, las cuales fueron enviadas inmediatamente
al frente de combate.
Dentro de Leningrado se plantaron minas y explosivos en todas las
fábricas, puentes y edificios. Si los alemanas la querían ocupar
solamente encontrarían ruinas.
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Una de las dificultades del avance fue lo difícil del terreno, en el cual
abundaban los ríos, lagos, densos bosques, arenas movedizas y grandes
pantanos. Además, lo estrecho del frente limitaba las grandes maniobras
de envolvimiento que los panzer estaban logrando en el centro y el sur.
Incluso Manstein, al mando del LVI Cuerpo Panzer, ante la cantidad de
obstáculos naturales que se interponían al avance de sus blindados, recomendó
que todos los panzer fueran retirados de aquel sector y enviados a
lugares más propicios, en particular, para apoyar el avance a Moscú.
En parte Manstein estaba en desacuerdo con la forma en que se usaban los
panzer en el Norte. Los dos Cuerpos Panzer estaban demasiado separados
(de acuerdo a las directivas dadas por Hoepner), y tanto Manstein como
Reinhardt querían concentrarlos al estilo guerra relámpago, en un único
avance por el sector costero, donde el terreno era más propicio y el Ejército
Rojo más débil. El problema es que Hitler insistía en rodear a Leningrado
por la derecha, evitando un asalto directo a la ciudad, y al mismo tiempo
procurando atrapar en la maniobra a los soldados rusos.
Más blindados para el Grupo Norte
El 19 de julio, Hitler emite su Directriz 33 y tres días más tarde
la complementa con la Directriz 33 A, por las cuales ordena un bombardeo
aéreo de Moscú, y lo que es más importante, el desvío de los dos
Grupos Panzer del Grupo de Ejércitos Centro: el Grupo Panzer 3 del
general Hermann Hoth para el norte con la misión de apoyar el asalto
a Leningrado, y el Grupo Panzer 2 del general Guderian para el sur,
con el fin de ayudar en la conquista de Ucrania. Esto estaba de
acuerdo con los planes originales de Barbarroja, que preveía una
pausa en el avance hacia Moscú, sin embargo, Halder y otros militares
alemanes creían que llegado el momento de tomar la decisión podrían
convencer a Hitler de proseguir sin pausa el avance sobre Moscú.
(Acotamos que Halder reconocía la necesidad de proteger los flancos
del Grupo de Ejército Centro, pero no al precio de detener por completo
la marcha sobre Moscú) El 28 de julio, ante las protestas de Halder,
Hitler accedió a posponer el desvío de los panzer, pero se mantuvo
el freno de las tropas alemanas en cuanto al avance sobre la capital
rusa. Finalmente el 4 de agosto Hitler ordenó el envío de los blindados
del Grupo Centro en apoyo del Grupo Norte
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El avance sobre Leningrado, luego de estas reorganizaciones, recién se
retomó el 8 de agosto, pero la tregua de tres semanas había dado
tiempo a los defensores rusos para atrincherarse. Reinhardt se enfrentaba
ahora a mayor cantidad de carros KV, algunos de los cuales estaban tripulados
por mujeres y por personal de las mismas fábricas. Sin embargo logró derrotarlos.
El que tenía dificultades para avanzar era Manstein a quien se le había
quitado la mayor parte de sus unidades. En el caso de la 8º División Panzer,
fue separada del cuerpo para combatir con los partisanos en la retaguardia.
Las quejas de Manstein aduciendo que no era el cometido de una unidad
de panzer combatir a tropas irregulares, no tuvieron eco. Sus dos divisiones
de infantería motorizada fueron enviadas a otros sectores, una a dar apoyo
a Reinhardt y la otra al XVI Ejército. Solamente le quedaron dos divisiones
de infantería regulares con las cuales poco podía hacer.
Un ejército soviético con ocho divisiones de infantería, tanques y caballería
atacó en la zona de separación entre los Grupos de Ejército Norte y Centro,
acusando el golpe principal el XVI Ejército. La intención de Voroshilov
era detener de esta forma el avance alemán sobre Leningrado. Pretendía
liquidar a las tres divisiones del X Cuerpo del XVI Ejército y luego romper
hacia el oeste, una maniobra que recuerda el “golpe de hoz” de Manstein
en Francia en 1940...
Para detener a los rusos, desde el Grupo de Ejército Centro fue enviado
el XXXIX Cuerpo Panzer del Grupo Panzer 3 de Hoth. Sin embargo, en tanto
la ayuda llegaba, la única alternativa alemana era volver a reunir el
disperso Cuerpo Panzer de Manstein, lo cual se hizo el 15 de agosto a
toda velocidad. En una hábil maniobra, Manstein movió sus blindados hacia
el este sin ser detectado, y el 19 de agosto atacó el flanco izquierdo
ruso, que había quedado expuesto en su avance dentro de las líneas alemanas.
Los sorprendidos “atacantes” soviéticos se vieron de pronto atacados por
dos frentes -al incorporarse el acosado X Cuerpo al contraataque- y se
desmoronaron. Durante tres días las unidades de Manstein persiguieron
a los rusos en retirada. El contraataque de Manstein detuvo la amenaza,
logró capturar 12.000 prisioneros, 141 tanques y el primer lanzacohetes
Katiusha en caer en manos rusas.

Miles de rusos cayeron prisioneros de los alemanes
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Sin embargo los recursos rusos eran prodigiosos y Voroshilov situó tres
nuevos ejércitos en el río Lovat, y el Cuerpo Panzer de Manstein tuvo
que quedarse junto con dos cuerpos de infantería para evitar otro ataque,
resultando de esta forma descartado de participar en la embestida final
contra Leningrado.
Tropas del XVI Ejército capturaron Novgorod, al norte del Lago Ilmen,
amenazando a continuación Chudovo, cuya importancia radicaba en que era
la estación terminal de la línea que descendía desde Murmansk, el puerto
libre de hielo en el mar Artico. El 20 de agosto los alemanes capturaron
la carretera y cinco días más tarde tomaron la ciudad.
El 21 de agosto los alemanes lograron además cortar la carretera que une
Leningrado con Moscú y el 8 tuvieron éxito en tomar el pueblo de Shlisselburg,
ubicado estratégicamente al sur del lago Ladoga, y a orillas del río Neva,
que “une” este pueblo con el sur de Leningrado. Había sido capturado por
elementos del XXXIX Cuerpo Panzer, el mismo que había sido enviado desde
el Grupo de Ejército Centro. De esta forma, la única vía de conexión entre
Leningrado y el resto de la Unión Soviética era el lago Ladoga, a través
del istmo de Carelia. Tres millones de habitantes de Leningrado habían
quedado sitiados.
El 27 de agosto los alemanes tomaron la capital de Estonia: Tallin. Ante
estos continuos avances alemanes, los rusos evacúan el istmo de Karelia
dos días más tarde, para poder defender mejor el perímetro de Leningrado
Para el 4 de septiembre la artillería alemana de largo alcance comenzó
el bombardeo sobre Leningrado. (Hasta el 31 de diciembre de 1941 serían
lanzados más de 30.000 proyectiles contra la castigada ciudad). Ese mismo
día los finlandeses se negaron a seguir avanzando hacia Leningrado, siendo
coherentes con sus objetivos planteados: recuperar de los rusos el territorio
perdido en la guerra de invierno.
El 6 de septiembre la Luftwaffe se sumó al bombardeo sobre Leningrado.
Dos días más tarde atacaron con bombas incendiarias prendiendo fuego a
la mayor parte de los depósitos de alimentos de la ciudad, especialmente
los de azúcar (2.500 toneladas), que ardieron convirtiéndose en caramelo.
Los ataques continuaron el 9 y 10 de septiembre.
El adiós al apoyo blindado:
El 5 de septiembre Hitler emite la Directiva Nº35 por la cual ordena
el avance final sobre Moscú. El Grupo Panzer IV de Hoeppner es entonces
enviado como refuerzo al Grupo de Ejército Centro. Los tanques fueron
retirados del frente el 25 de septiembre, y a partir de entonces,
el asedio a Leningrado ya no contaría con su apoyo. De esta forma,
el poder acorazado de los alemanes en Leningrado era prácticamente
nulo. Alcanza con saber que para aquel entonces, el Grupo de Ejército
Centro controlaba 14 de las 19 Divisiones Panzer desplegadas en
Rusia, 8 de las 14 divisiones de infantería motorizada y 48 divisiones
de infantería.
(Nota: el general Erich Hoepner fue uno de los principales
promotores de la idea de que era inútil avanzar contra Moscú, dadas
las dificultades impuestas por el invierno. Aconsejaba en su lugar,
atrincherarse en posiciones defendibles, y reanudar la ofensiva
con la llegada de la primavera. Finalmente cuando la ofensiva alemana
fue paralizada por los rusos, Hitler destituyó a Hoeppner, quien
más tarde se unió a un grupo de conspiradores para derrocarlo)
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El 8 y 9 de septiembre los alemanes atacaron en las afueras de Leningrado,
logrando ciertos avances. Pero para el día 10, se encontraron con las
defensas interiores de la ciudad, a solamente 25 km. del centro de la
misma, las cuales no eran fáciles de romper. Estas líneas estaban protegidas
además por el fuego de los cañones navales y por tanques KV-1 y KV-2 recién
salidos de las fabricas, y a muchos de los cuales les faltaba la capa
de pintura. Si los alemanes avanzaban algunos metros, era pagando un fuerte
precio por ello.
El 11 de septiembre tuvieron lugar encarnizados combates cuerpo a cuerpo,
entre alemanes que intentaban penetrar en el sistema soviético, y los
servidores de la artillería naval que estaban ubicados en la Colina 167
(llamada Colina Calva). Finalmente los alemanes vencieron. Ahora estaban
a menos de 25 km. del centro de la ciudad y para el 15 la tendrían totalmente
cercada.
Ese mismo día, el general Gueorgui Zhukov fue enviado por Stalin con el
fin de reorganizar las defensas de Leningrado. En Leningrado había 40
divisiones regulares, aparte de una milicia armada de obreros, que con
escopetas y cócteles Molotov estaban dispuestos a defenderse del invasor.
Los tres millones de habitantes de la ciudad habían construido dos arcos
concéntricos de búnkeres, fosos antitanques y fortificaciones al sur de
la ciudad.
Zhukov: el
hombre llamado en los momentos difíciles
Zhukov había desarrollado la estrategia global de defensa rusa.
Stalin lo había destituido por diferencias acerca de cómo
defender Ucrania, pero ahora lo había mandado para salvar la
amenazada ciudad. Efectivamente Zhukov se había negado al elevado
número de bajas que ocasionaría la defensa de Kiev.
Sin embargo Stalin estaba dispuesto a esas pérdidas, con tal
de ganar tiempo para mejorar la defensa de Moscú. Sus palabras
para los comandante fueron: "Ni un paso atrás. Resistan
y, si es necesario, mueran." . Finalmente en el cerco de
Kiev se perdieron casi un millón de rusos, 665.000 de ellos
prisioneros.... pero se había ganado un mes de tiempo...
Ahora Stalin mandó a Zhukov a organizar la defensa de Leningrado
y ante el éxito obtenido, el 10 de octubre es enviado para
defender otra ciudad acosada: Moscú |
Sin comida, los habitantes de Leningrado persiguieron y mataron a todos
los caballos, perros, gatos y ratas que encontraron. Al terminarse los
animales, fabricaban pan con aserrín y harina de pésima calidad. Con aceite
de castor, glicerina, vaselina y miles de otros artículos que normalmente
sería impensable convertir en alimento, el apremio encontró formas de
hacerlos comestibles. La ración diaria se redujo a 250 gr. de pan para
los obreros y la mitad para el resto. La gente hacía sopa con la goma
del empapelado de las paredes, hacía jalea con cinturones de cuero y menudencias
de rata. ... además de algunos casos de canibalismo. Tampoco se disponía
de combustible, y la ciudad estaba permanentemente a oscuras. Para algunos
días del crudo invierno, morían en la ciudad un promedio de 7.000 personas
por día. (11.000 murieron en noviembre y otros 52.000 en diciembre). Los
muertos no podían ser enterrados y simplemente se apilaban unos sobre
otros. A veces eso tampoco era posible, porque los sobrevivientes no tenían
fuerza para levantarlos. Los obreros mantenían el ritmo de producción
y morían de hambre en sus propios puestos Casi la mitad de la población
de tres millones de habitantes, murió entre octubre de 1941 y abril de
1942.
Al no disponer del Grupo Panzer 4 en el sector de Leningrado, el frente
prácticamente se estabilizó hasta mediados de octubre. Continuaban sin
embargo los acosos del XVIII Ejército sobre la ciudad, pero sin poder
realizar progresos. El Alto Mando alemán le mandó a von Leeb como refuerzo
una División transferida desde Francia, dos regimientos de paracaidistas
de la Luftwaffe y la “División Azul” de voluntarios españoles. (Ver al
respecto el artículo 250ª Div.
Inf. de la Wehrmacht "La División Azul")
Directivas para arrasar una ciudad:
El odio de Hitler hacia Leningrado, la ciudad donde comenzó el
bolchevismo, se interpuso en las prioridades militares. No quería
tomar la ciudad por asalto, sino rodearla y arrasarla. Quería convertirla
en “una ciudad inhabitable, para librarnos de la necesidad de
alimentar a la población a lo largo del invierno”.
“Todo pedido de capitulación debe se rechazado, pues el problema
de la supervivencia y la alimentación de su población no puede ni
debe ser resuelto por nosotros...” Hitler el 29 de septiembre de
1941
Para ello impartió una Directiva especial el mismo 29 de septiembre.
El envolvimiento estaría a cargo del XVIII Ejército y el XVI Cuerpo
Panzer. Además Hitler contaba con la asistencia de los finlandeses
desde el norte, a pesar de que aquellos dejaron en claro desde el
comienzo que solamente avanzarían hasta sus fronteras de 1940, las
cuales estaban 50 kilómetros al norte de Leningrado. Los finlandeses
habían dado comienzo a su avance en julio.
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El vital enlace de Tijvin
Se retomó la ofensiva por orden de Hitler con el fin de tomar la ciudad
de Tijvin, centro minero de bauxita (con el cual se fabrica aluminio)
e importante nudo de comunicaciones desde el cual los rusos hacían llegar
suministros al lago Ladoga, y desde allí a Leningrado. Se encomendó la
misión al XXXIX Cuerpo Panzer del general Rudolf Schmidt. Se esperaba
además que los finlandeses atacaran desde el norte, para reunirse ambas
fuerzas en el río Svir. El 16 de octubre, las dos Divisiones Panzer y
las dos divisiones de infantería motorizada de Schmidt se pusieron en
marcha. Pero en la zona de operaciones no había prácticamente caminos
transitables, y recién pasadas tres semanas desde el inicio del avance,
la 12ª División Panzer pudo irrumpir en Tijvin tomando parte de la ciudad
el 8 de noviembre. Pero los alemanes estaban paralizados y el 15 de noviembre,
una nueva división de infantería siberiana los atacó, apoyada por una
brigada de T-34 y lanzacohetes Katiusha que sembraron la destrucción entre
las formaciones alemanas. A pesar de la fuerza del ataque la dos divisiones
alemanes resistieron. Schmidt fue enviado al frente sur para tomar el
puesto del general Weichs, y fue sustituido por el teniente general Jürgen
von Arnim. Este último vio la precariedad de sus tropas, demasiado adelantadas,
expuestas a los constantes contraataques soviéticos y desguarnecidas ante
la llegada del invierno ruso. Por lo tanto ordenó un repliegue de 100
kilómetros, a través de pantanos congelados y tierras vacías. En la maniobra,
la retaguardia alemana compuesta por parte de la 51ª División de Infantería
Motorizada fue aniquilada por los rusos, mientras trataba de proteger
la vía de escape del resto de las fuerzas alemanas. Las temperaturas bajaron
a -42ºC. (Cuando el 22 de diciembre, la 18ª División de Infantería Motorizada
regresó a sus líneas, solamente se contaron 741 hombres de los 9.000 originales
que comenzaron el avance sobre Tijvin...)
Para el 6 de diciembre los rusos lanzaron una contraofensiva en todos
los frentes y el 9 de diciembre reconquistaron Tijvin y permitieron de
esta forma la comunicación con Leningrado a través del lago Ladoga.
Tan grave era la situación en el frente que el domingo 7 de diciembre,
Hitler autorizó a von Leeb a replegar sus fuerzas más expuestas hacia
Leningrado. El mismo Hitler que negaba todo tipo de retirada en otros
sectores, accedía de mala gana a estas medidas para evitar males peores.
Sin embargo reclamaba que la artillería alemana debía permanecer a distancia
de bombardeo sobre Tijvin, algo que ya era impracticable.
Las acciones en el Artico
Las acciones desarrolladas en el sector del Artico fueron frustrantes
para los alemanes. Un total de 6 divisiones finlandesas y alemanas habían
partido de Finlandia para capturar el puerto libre de hielo de Murmansk.
Sin embargo, el verdadero enemigo que encontraron fueron los 100 kilómetros
de desierto ártico, que interpuso insuperables obstáculos a los avances.
El terreno totalmente árido, congelado y sin caminos, impidió que las
tropas avanzaran a buen ritmo, e hizo imposible el transporte adecuado
de artillería y suministros. Todo tenía que ser transportado en caballos,
mulas o por el esfuerzo de los propios soldados. En contrapeso, los rusos
luchaban con la ventaja de los abastecimientos a sus espaldas, con una
vía de tren para llevar suministros, refuerzos y evacuar heridos, además
de que no debían avanzar, solamente repeler el ataque. A pesar de tres
asaltos alemanes a las líneas rusas, poco pudieron avanzar, y la llegada
de la temporada de nieve, puso a los alemanes en retirada. El fracaso
en la captura de Murmansk resultaría vital, pues sería esta una de las
principales vías de llegada de ayuda de los aliados a los rusos a partir
de 1942.
Gabriel Mansilla
gabman@adinet.com.uy
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