| |||||||||||||
Casos de Estudio 004: Operación "Barbarroja" Acciones en el frente Norte 5) Acciones en el Frente Norte El 22 de junio de 1941 la Luftwaffe logró sorprender en el suelo a la mayor parte de los aviones rusos apostados en los aeródromos cercanos al frente. Fue una sorpresa agradable para los alemanes ver a decenas de aviones rusos alineados en las pistas como para un desfile. Usaron bombas de fragmentación para atacarlos. Estas bombas de 2 kg. de peso, al estallar arrojaban un diluvio de acero que despedazaba a los aviones. Algunos cazas rusos I-16 que lograron despegar fueron rápidamente derribados por los ME-109 alemanes. Tampoco tuvieron éxito los rusos al tratar de mandar al ataque a sus pesados bombarderos sin escolta. En todos los frentes, los alemanes contabilizaron 1.800 aviones soviéticos destruidos, más de la mitad de ellos en tierra. La resistencia inicial de parte de los rusos en esta zona fue relativa, ya que Stalin había concentrado la mayor parte de sus fuerzas en el Sur, donde creía que los alemanes harían su principal esfuerzo. El XVIII Ejército bordeando la costa del Báltico se dirigió hacia la antigua capital de Letonia, la ciudad de Riga. En tanto, en el primer día de batalla, los panzer del LVI Cuerpo Panzer habían recorrido 80 km. para capturar el acceso interior al Báltico, es decir la carretera y viaducto ferroviario sobre la desembocadura del Dubisa, cerca del pueblo de Airogala. La primer desagradable sorpresa para el Grupo Norte, ocurrió el 23 de junio, cuando los panzer del XVI Cuerpo Panzer se encontraron con una formación de más de 300 blindados rusos, muchos de los cuales eran tanques pesados con cualidades desconocidas para los alemanes. Se trataba de los tanques pesados KV (Climent Voroshilov). El KV-1 de 47 toneladas era muy superior en peso, coraza y armamento a los mejores carros alemanes, los Panzer III y IV, y sin embargo solamente era un poco más lento que aquéllos. Por otro lado el KV-2. aún mayor que el KV-1, estaba armado con un obús de 152 mm. Además los KV tenían orugas más anchas, los que les dotaba de mayor tracción en la arena y el lodo del frente norte. Los proyectiles alemanes disparados contra los KV desde distancias de 700 metros, e incluso a distancias tan cortas como 100 metros, simplemente rebotaban contra las gruesas corazas. Un KV-2 llegó a registrar 70 impactos!! de cañones de 50 y 75mm de los panzer alemanes, sin que pudieran penetrar su coraza. Las batallas entre carros en este sector se prolongaron durante dos días. Finalmente los alemanes tenían que recurrir a la táctica de disparar a las bandas de rodaje de los carros rusos, para inmovilizarlos, y dejar el trabajo de rematarlos a la artillería. También fueron destruidos varios carros rusos por ataques de soldados a pie, los cuales usaban mochilas con explosivos para ponerlos fuera de combate. El 26 de junio Reinhardt aplicó una táctica que le dio resultados y le permitió destruir a casi 200 blindados, en parte gracias a su maniobra, y en parte por la falta de experiencia de las tripulaciones rusas. El recurso era que una División Panzer mantenía el frente, mientras que otra empujaba desde el flanco a los blindados rusos, arrojándolos contra una zona de pantanos para quitarles posibilidad de maniobra.
Para el 26 de junio los panzer del LVI Cuerpo Panzer de Manstein habían recorrido más de 320 kms, destruyendo 70 carros rusos en el camino. La razón del veloz avance era poder alcanzar el río Dvina y los pasos sobre el río en la ciudad letona de Daugavpils, centro clave entre la frontera y Leningrado. Capturar el puente de 220 metros de la carretera y el puente ferroviario mantendría abierto el flujo alemán hacia el norte. Para capturar el puente Manstein se valió de 25 hombres del Regimiento Brandenburgo, unidad especialmente entrenada para este tipo de misiones, que hablaba en ruso. Disfrazados como rusos heridos se mezclaron con las tropas rusas en retirada y lograron cortar los cables de las cargas de demolición de los puentes. Los rusos contraatacaron matando a varios alemanes, entre ellos el líder del grupo, teniente Wolfram Knaak, pero refuerzos alemanes aseguraron la captura de ambos puentes. El audaz golpe puso a los alemanes a solamente 480 km. de Leningrado luego de tan sólo 4 días desde el comienzo de Barbarroja. Los rusos trataron de destruir la cabeza de puentes alemana con contraataques en tierra y por parte de la aviación, pero sin éxito alguno La paradoja de esta brillante acción, es que Manstein recibió orden de esperar 6 días en la conquistada cabeza de puente, para que el resto del Grupo Panzer, y particularmente la infantería, les dieran alcance. Al retomar el avance el 2 de julio, los rusos estaban más preparados y se añadía la dificultad de que el terreno pantanoso era menos adecuado para los blindados. (Entretanto se había capturado Riga el 30 de junio) A pesar de los rápidos avances del Grupo Norte, se falló en la misión de capturar a grandes masas de rusos, dado que solamente se logró atrapar a 6.000 soldados, porque los rusos rápidamente se retiraban de los estados bálticos hacia el territorio de la antigua Rusia. Problemas en los mandos alemanes complicaban aún más la situación. Se discrepaba acerca de si hacer avanzar a los blindados por el centro, sin el apoyo de la infantería en los flancos que se movía más lentamente. Otro tema en debate era si primero se asegurarían los puertos del Báltico antes de marchar inmediatamente sobre Leningrado.
Para la segunda semana de julio los panzer habían logrado pasar la línea Stalin, en la fontera rusa de 1940. El 14 de julio los panzer de Reinhardt cruzaron el río Luga, quedando con la posesión de una cabeza de puente a menos de 130 km. de Leningrado. Habían avanzado más de 640 kms. hasta el momento. Sin embargo, Hitler ordena a los panzer detenerse en el Luga. Quería reforzar sus posiciones antes de lanzarse contra Leningrado. El XVIII Ejército, a la izquierda del avance necesitaba tiempo para terminar de limpiar restos de enemigos en Estonia y Letonia, en tanto que en la parte derecha del Grupo de Ejército Norte, el XVI Ejército todavía no lograba dar alcance al Grupo Panzer 4 de Hoepner y mantener al mismo tiempo el contacto con el Grupo de Ejército Centro. Además influyó el hecho de que el I Cuerpo Motorizado ruso logró cercar durante tres días al LVI Cuerpo Panzer de Manstein, lo que hizo más temeroso a Hitler con respecto a lanzar sus puntas acorazadas demasiado adelante de la infantería.
Una de las dificultades del avance fue lo difícil del terreno, en el cual abundaban los ríos, lagos, densos bosques, arenas movedizas y grandes pantanos. Además, lo estrecho del frente limitaba las grandes maniobras de envolvimiento que los panzer estaban logrando en el centro y el sur. Incluso Manstein, al mando del LVI Cuerpo Panzer, ante la cantidad de obstáculos naturales que se interponían al avance de sus blindados, recomendó que todos los panzer fueran retirados de aquel sector y enviados a lugares más propicios, en particular, para apoyar el avance a Moscú. En parte Manstein estaba en desacuerdo con la forma en que se usaban los panzer en el Norte. Los dos Cuerpos Panzer estaban demasiado separados (de acuerdo a las directivas dadas por Hoepner), y tanto Manstein como Reinhardt querían concentrarlos al estilo guerra relámpago, en un único avance por el sector costero, donde el terreno era más propicio y el Ejército Rojo más débil. El problema es que Hitler insistía en rodear a Leningrado por la derecha, evitando un asalto directo a la ciudad, y al mismo tiempo procurando atrapar en la maniobra a los soldados rusos.
El avance sobre Leningrado, luego de estas reorganizaciones, recién se retomó el 8 de agosto, pero la tregua de tres semanas había dado tiempo a los defensores rusos para atrincherarse. Reinhardt se enfrentaba ahora a mayor cantidad de carros KV, algunos de los cuales estaban tripulados por mujeres y por personal de las mismas fábricas. Sin embargo logró derrotarlos. El que tenía dificultades para avanzar era Manstein a quien se le había quitado la mayor parte de sus unidades. En el caso de la 8º División Panzer, fue separada del cuerpo para combatir con los partisanos en la retaguardia. Las quejas de Manstein aduciendo que no era el cometido de una unidad de panzer combatir a tropas irregulares, no tuvieron eco. Sus dos divisiones de infantería motorizada fueron enviadas a otros sectores, una a dar apoyo a Reinhardt y la otra al XVI Ejército. Solamente le quedaron dos divisiones de infantería regulares con las cuales poco podía hacer. Un ejército soviético con ocho divisiones de infantería, tanques y caballería atacó en la zona de separación entre los Grupos de Ejército Norte y Centro, acusando el golpe principal el XVI Ejército. La intención de Voroshilov era detener de esta forma el avance alemán sobre Leningrado. Pretendía liquidar a las tres divisiones del X Cuerpo del XVI Ejército y luego romper hacia el oeste, una maniobra que recuerda el “golpe de hoz” de Manstein en Francia en 1940... Para detener a los rusos, desde el Grupo de Ejército Centro fue enviado el XXXIX Cuerpo Panzer del Grupo Panzer 3 de Hoth. Sin embargo, en tanto la ayuda llegaba, la única alternativa alemana era volver a reunir el disperso Cuerpo Panzer de Manstein, lo cual se hizo el 15 de agosto a toda velocidad. En una hábil maniobra, Manstein movió sus blindados hacia el este sin ser detectado, y el 19 de agosto atacó el flanco izquierdo ruso, que había quedado expuesto en su avance dentro de las líneas alemanas. Los sorprendidos “atacantes” soviéticos se vieron de pronto atacados por dos frentes -al incorporarse el acosado X Cuerpo al contraataque- y se desmoronaron. Durante tres días las unidades de Manstein persiguieron a los rusos en retirada. El contraataque de Manstein detuvo la amenaza, logró capturar 12.000 prisioneros, 141 tanques y el primer lanzacohetes Katiusha en caer en manos rusas.
Sin embargo los recursos rusos eran prodigiosos y Voroshilov situó tres nuevos ejércitos en el río Lovat, y el Cuerpo Panzer de Manstein tuvo que quedarse junto con dos cuerpos de infantería para evitar otro ataque, resultando de esta forma descartado de participar en la embestida final contra Leningrado. Tropas del XVI Ejército capturaron Novgorod, al norte del Lago Ilmen, amenazando a continuación Chudovo, cuya importancia radicaba en que era la estación terminal de la línea que descendía desde Murmansk, el puerto libre de hielo en el mar Artico. El 20 de agosto los alemanes capturaron la carretera y cinco días más tarde tomaron la ciudad. El 21 de agosto los alemanes lograron además cortar la carretera que une Leningrado con Moscú y el 8 tuvieron éxito en tomar el pueblo de Shlisselburg, ubicado estratégicamente al sur del lago Ladoga, y a orillas del río Neva, que “une” este pueblo con el sur de Leningrado. Había sido capturado por elementos del XXXIX Cuerpo Panzer, el mismo que había sido enviado desde el Grupo de Ejército Centro. De esta forma, la única vía de conexión entre Leningrado y el resto de la Unión Soviética era el lago Ladoga, a través del istmo de Carelia. Tres millones de habitantes de Leningrado habían quedado sitiados. El 27 de agosto los alemanes tomaron la capital de Estonia: Tallin. Ante estos continuos avances alemanes, los rusos evacúan el istmo de Karelia dos días más tarde, para poder defender mejor el perímetro de Leningrado Para el 4 de septiembre la artillería alemana de largo alcance comenzó el bombardeo sobre Leningrado. (Hasta el 31 de diciembre de 1941 serían lanzados más de 30.000 proyectiles contra la castigada ciudad). Ese mismo día los finlandeses se negaron a seguir avanzando hacia Leningrado, siendo coherentes con sus objetivos planteados: recuperar de los rusos el territorio perdido en la guerra de invierno. El 6 de septiembre la Luftwaffe se sumó al bombardeo sobre Leningrado. Dos días más tarde atacaron con bombas incendiarias prendiendo fuego a la mayor parte de los depósitos de alimentos de la ciudad, especialmente los de azúcar (2.500 toneladas), que ardieron convirtiéndose en caramelo. Los ataques continuaron el 9 y 10 de septiembre.
El 8 y 9 de septiembre los alemanes atacaron en las afueras de Leningrado, logrando ciertos avances. Pero para el día 10, se encontraron con las defensas interiores de la ciudad, a solamente 25 km. del centro de la misma, las cuales no eran fáciles de romper. Estas líneas estaban protegidas además por el fuego de los cañones navales y por tanques KV-1 y KV-2 recién salidos de las fabricas, y a muchos de los cuales les faltaba la capa de pintura. Si los alemanes avanzaban algunos metros, era pagando un fuerte precio por ello. El 11 de septiembre tuvieron lugar encarnizados combates cuerpo a cuerpo, entre alemanes que intentaban penetrar en el sistema soviético, y los servidores de la artillería naval que estaban ubicados en la Colina 167 (llamada Colina Calva). Finalmente los alemanes vencieron. Ahora estaban a menos de 25 km. del centro de la ciudad y para el 15 la tendrían totalmente cercada. Ese mismo día, el general Gueorgui Zhukov fue enviado por Stalin con el fin de reorganizar las defensas de Leningrado. En Leningrado había 40 divisiones regulares, aparte de una milicia armada de obreros, que con escopetas y cócteles Molotov estaban dispuestos a defenderse del invasor. Los tres millones de habitantes de la ciudad habían construido dos arcos concéntricos de búnkeres, fosos antitanques y fortificaciones al sur de la ciudad.
Sin comida, los habitantes de Leningrado persiguieron y mataron a todos los caballos, perros, gatos y ratas que encontraron. Al terminarse los animales, fabricaban pan con aserrín y harina de pésima calidad. Con aceite de castor, glicerina, vaselina y miles de otros artículos que normalmente sería impensable convertir en alimento, el apremio encontró formas de hacerlos comestibles. La ración diaria se redujo a 250 gr. de pan para los obreros y la mitad para el resto. La gente hacía sopa con la goma del empapelado de las paredes, hacía jalea con cinturones de cuero y menudencias de rata. ... además de algunos casos de canibalismo. Tampoco se disponía de combustible, y la ciudad estaba permanentemente a oscuras. Para algunos días del crudo invierno, morían en la ciudad un promedio de 7.000 personas por día. (11.000 murieron en noviembre y otros 52.000 en diciembre). Los muertos no podían ser enterrados y simplemente se apilaban unos sobre otros. A veces eso tampoco era posible, porque los sobrevivientes no tenían fuerza para levantarlos. Los obreros mantenían el ritmo de producción y morían de hambre en sus propios puestos Casi la mitad de la población de tres millones de habitantes, murió entre octubre de 1941 y abril de 1942. Al no disponer del Grupo Panzer 4 en el sector de Leningrado, el frente prácticamente se estabilizó hasta mediados de octubre. Continuaban sin embargo los acosos del XVIII Ejército sobre la ciudad, pero sin poder realizar progresos. El Alto Mando alemán le mandó a von Leeb como refuerzo una División transferida desde Francia, dos regimientos de paracaidistas de la Luftwaffe y la “División Azul” de voluntarios españoles. (Ver al respecto el artículo 250ª Div. Inf. de la Wehrmacht "La División Azul")
El vital enlace de Tijvin Se retomó la ofensiva por orden de Hitler con el fin de tomar la ciudad de Tijvin, centro minero de bauxita (con el cual se fabrica aluminio) e importante nudo de comunicaciones desde el cual los rusos hacían llegar suministros al lago Ladoga, y desde allí a Leningrado. Se encomendó la misión al XXXIX Cuerpo Panzer del general Rudolf Schmidt. Se esperaba además que los finlandeses atacaran desde el norte, para reunirse ambas fuerzas en el río Svir. El 16 de octubre, las dos Divisiones Panzer y las dos divisiones de infantería motorizada de Schmidt se pusieron en marcha. Pero en la zona de operaciones no había prácticamente caminos transitables, y recién pasadas tres semanas desde el inicio del avance, la 12ª División Panzer pudo irrumpir en Tijvin tomando parte de la ciudad el 8 de noviembre. Pero los alemanes estaban paralizados y el 15 de noviembre, una nueva división de infantería siberiana los atacó, apoyada por una brigada de T-34 y lanzacohetes Katiusha que sembraron la destrucción entre las formaciones alemanas. A pesar de la fuerza del ataque la dos divisiones alemanes resistieron. Schmidt fue enviado al frente sur para tomar el puesto del general Weichs, y fue sustituido por el teniente general Jürgen von Arnim. Este último vio la precariedad de sus tropas, demasiado adelantadas, expuestas a los constantes contraataques soviéticos y desguarnecidas ante la llegada del invierno ruso. Por lo tanto ordenó un repliegue de 100 kilómetros, a través de pantanos congelados y tierras vacías. En la maniobra, la retaguardia alemana compuesta por parte de la 51ª División de Infantería Motorizada fue aniquilada por los rusos, mientras trataba de proteger la vía de escape del resto de las fuerzas alemanas. Las temperaturas bajaron a -42ºC. (Cuando el 22 de diciembre, la 18ª División de Infantería Motorizada regresó a sus líneas, solamente se contaron 741 hombres de los 9.000 originales que comenzaron el avance sobre Tijvin...) Para el 6 de diciembre los rusos lanzaron una contraofensiva en todos los frentes y el 9 de diciembre reconquistaron Tijvin y permitieron de esta forma la comunicación con Leningrado a través del lago Ladoga. Tan grave era la situación en el frente que el domingo 7 de diciembre, Hitler autorizó a von Leeb a replegar sus fuerzas más expuestas hacia Leningrado. El mismo Hitler que negaba todo tipo de retirada en otros sectores, accedía de mala gana a estas medidas para evitar males peores. Sin embargo reclamaba que la artillería alemana debía permanecer a distancia de bombardeo sobre Tijvin, algo que ya era impracticable.
Las acciones en el Artico Las acciones desarrolladas en el sector del Artico fueron frustrantes para los alemanes. Un total de 6 divisiones finlandesas y alemanas habían partido de Finlandia para capturar el puerto libre de hielo de Murmansk. Sin embargo, el verdadero enemigo que encontraron fueron los 100 kilómetros de desierto ártico, que interpuso insuperables obstáculos a los avances. El terreno totalmente árido, congelado y sin caminos, impidió que las tropas avanzaran a buen ritmo, e hizo imposible el transporte adecuado de artillería y suministros. Todo tenía que ser transportado en caballos, mulas o por el esfuerzo de los propios soldados. En contrapeso, los rusos luchaban con la ventaja de los abastecimientos a sus espaldas, con una vía de tren para llevar suministros, refuerzos y evacuar heridos, además de que no debían avanzar, solamente repeler el ataque. A pesar de tres asaltos alemanes a las líneas rusas, poco pudieron avanzar, y la llegada de la temporada de nieve, puso a los alemanes en retirada. El fracaso en la captura de Murmansk resultaría vital, pues sería esta una de las principales vías de llegada de ayuda de los aliados a los rusos a partir de 1942. Gabriel Mansilla
|
|||||||||||||
[ 1939-1945 - La Segunda Guerra Mundial - Los años que cambiaron el mundo © 2002 ] |