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¿Moscú 1943?
La estrategia para 1943 en el frente del este era la vuelta original al plan “Barbarroja” de 1941: Moscú. El Estado Mayor alemán, conocedor de la imposibilidad de realizar el avance conjunto en el frente desde el Mar Báltico, al norte, hasta el Mar Negro, en el sur, eligió para 1942 centrar todo su potencial en conquistar el Cáucaso, por lo que decidió mantenerse en sus posiciones en el norte y centro de la URSS y terminar de ocupar Crimea e invadir el Cáucaso, zona con enormes recursos naturales y el imprescindible petróleo. En el verano de 1942 cayó Sebastopol y toda la península de Crimea. Las tropas de von Paulus y Hoth avanzaban sin oposición por el Cáucaso. Con la toma de Rostov en la desembocadura del Don y puerta del Cáucaso, las tropas alemanas se extendieron como una alfombra hacia el Sur. Se ocuparon los inmensos campos petrolíferos de Elista -que en su retirada las tropas soviéticas habían dejado en llamas- y los alemanes llegaron a plantar su bandera en el Elbruz, la cota más alta de Europa. Ese mes de agosto de 1942, parecía que Alemania podría estrangular al resto de la URSS ocupando uno de sus principales medios de sustento: el petróleo. Tras la caída de Sebastopol se desviaron enormes recursos al norte en un intento de tomar Leningrado, cuidad que ya llevaba casi 10 meses de asedio y mantenía ocupadas al grueso de las fuerzas del Grupo de Ejércitos Norte. Esta decisión fue más que lamentable, pues cuando en noviembre el Ejército Soviético lanzo su contraofensiva en el sur, rompió el frente en sus puntos más débiles -los defendidos por los aliados rumanos- embolsando al 6º Ejército y casi también al 4º Ejército Panzer. El plan del Cáucaso pretendía cortar los suministros de crudo y al mismo tiempo llevar la línea del frente hasta la ribera occidental del Volga, ocupando Astrakhan en su desembocadura en el Mar Caspio. El Volga era una de las principales vías fluviales por donde transcurrían gran parte de las importaciones de material bélico que los aliados enviaban a la URSS desde la península Arábiga. Cuando en noviembre las tropas soviéticas rompieron el frente en el Volga entorno a la ciudad de Stalingrado donde se combatía desde agosto, las reservas estacionadas en el norte fueron enviadas con urgencia al sur para detener la marea roja que amenazaba con disolver el flanco sur del Ejército alemán en la URSS e irrumpir con fuerza en Ucrania. Si las fuerzas destinadas a Leningrado hubieran sido enviadas al Cáucaso para apoyar al 6º Ejército en su intento de toma de Stalingrado, es probable que la invasión del Cáucaso hubiera salido bien, y durante el invierno de 1942-43 la Wehrmacht hubiera mantenido la línea y reforzado el centro para el deshielo, volver a intentar la toma de Moscú. El plan para avanzar sobre Moscú en 1943 tenía una fase preparatoria: se debía asegurar el flanco sur del avance por lo que se debía ensanchar la cabeza de puente sobre Voronez y vigilar la carretera que se dirigía a Moscú. Una vez asegurado el flanco sur, el Grupo de Ejército Centro avanzaría desde Smolensk y Orel en dirección norte para tomar los importantes nudos de comunicaciones de Tula y Kaluga al sur de Moscú. Las principales vías de avance serían la carretera Smolensk-Moscú y la carretera Kiev-Moscú. El Grupo de Ejércitos Norte desde su línea sobre el río Volkhov y el lago Ilmen mantendría fijados sobre el terreno a las tropas que intentaban romper el cerco de Leningrado. Así pues para defender Moscú en el verano de 1943 el Ejército Rojo debería sustraer fuerzas del norte y traer de nuevo tropas desde la retaguardia, cerca de los Urales. La amenaza alemana sobre Moscú habría paralizado cualquier ofensiva que el Ejército Soviético hubiera preparado en el flanco sur para retomar el Cáucaso. Es difícil aventurar un resultado al plan alemán del verano de 1943 sobre Moscú, debido a que no se produjo nunca, pues el desastre de Stalingrado llevó al desastre de Kursk ese mismo verano de 1943. Probablemente Moscú tampoco habría caído en 1943 y la llegada del invierno hubiera provocado de nuevo el estancamiento del frente. Moscú hubiera supuesto un nuevo Stalingrado y el Ejército Alemán en 1943 no podía permitirse una larga campaña de desgaste como la sufrida en el invierno de 1941-42. La capital soviética llevaba todo un año construyendo una triple línea de trincheras y obstáculos antitanque en las afueras, que rodeaban la ciudad por tres de sus cuatro costados, solamente la zona norte, protegida por el Volga, no disponía de trincheras profundas, pero los pasos del río estaban bien fortificados y defendidos. José Miguel Fernández Gil |
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