Tarento: 11 de noviembre de 1940

 

Tarento: 11 de noviembre de 1940

El ataque de la escuadra británica a la base naval de Tarento, tiene mucho más en común con Pearl Harbor que el simple hecho de atacar con aviones la principal base naval enemiga.

El ataque ya fue planeado mucho antes que se iniciasen las hostilidades entre Gran Bretaña e Italia en 1940. Ya en 1935 durante la crisis de Abisinia los británicos pensaron atacar la Flota Italiana en Tarento, pero no tuvieron oportunidad de ello pues Italia afortunadamente no entró en guerra con Gran Bretaña y el plan fue aparcado hasta un futuro. En 1939 cuando estalló la 2ª GM los británicos volvieron a retomar el plan de atacar Tarento pero los Italianos no entraron en la guerra hasta el 10 de junio de 1940. En ese momento la Batalla de Francia esta en su apogeo y los británicos en un momento sumamente delicado por lo que no es posible sustraer recursos del canal y de las principales bases británicas en Gran Bretaña, pero el plan sigue en vigencia hasta mejores momentos.

La Batalla de Inglaterra vuelve a retrasar la deseada idea de acabar con la Flota Italiana en el Mediterráneo, pero cuando Hitler aplaza León Marino indefinidamente y la presión sobre Gran Bretaña decrece se vuelve a dar prioridad al ataque a la Flota Italiana y el Almirante Lumley Lyster se encarga de planearlo y ejecutarlo. Es bien seguro que sin este ataque es muy probable que el Almirante Isoroku Yamamoto no planeara el de Pearl Harbor, pues el de Tarento descorrió la venda que tapaba los ojos a los Almirantes conservadores que aun creían en el poder de los acorazados. El paralelismo entre Tarento y Pearl Harbor fue enorme pues mientras en el primero un portaaviones y 20 aviones dañaron y averiaron el 50% de la Flota Italiana, en el segundo, 6 portaaviones y más de 350 aparatos destruyeron 2 acorazados y dañaron las 2/3 partes de la Flota del Pacífico. Ambos ataques buscaban noquear momentáneamente la Flota del adversario para poder disponer de tiempo para ejecutar los planes previstos sin el entorpecimiento de las unidades navales del enemigo.

La base naval de Tarento que era la principal base Italiana en el Mediterráneo estaba en una inmejorable posición estratégica, pues amenazaba las líneas de comunicación británicas entre Gibraltar y Alejandría y era un peligro para la campaña del Norte de África. A pesar de que los británicos disponían de Malta como punto intermedio, la isla se encontraba seriamente amenazada por los Italianos por lo que era necesario acabar con la Flota Italiana.

Italia no tenía portaaviones, y ello era debido al Almirante Domenico Cavagnari que en una sesión de la Cámara Italiana en 1938 -cuando era Jefe de Estado Mayor de la Armada y Subsecretario de Estado para la Marina- anunció que Italia renunciaba a la construcción de portaaviones. Cavagnari había intentado potenciar el arma aérea embarcada pero el General Italo Balbo, íntimo de Mussolini y creador de la Reggia Aeronáutica, no quería compartir el mando de las Fuerzas Aéreas con la Marina. Cavagnari temeroso de un enfrentamiento con Mussolini y el Partido Fascista decidió renunciar a su plan y abandonar la idea de crear una fuerza de portaaviones, esta decisión le costó su carrera el 11 de noviembre de 1940.

A pesar de la falta de portaaviones la Flota Italiana contaba con 6 acorazados, cuatro de ellos eran viejos Dreadnoughts de la 1ª GM, pero ya tenía en servicio 2 nuevos acorazados de la clase “Vittorio Veneto” y 2 más estaban a punto de entrar en servicio en breve. Los viejos acorazados italianos no eran una grave amenaza para los británicos pero los nuevos “Vittorio Veneto” traían de cabeza a los británicos porque estaban armados con piezas de 15” (381mm) y con 30 nudos de velocidad eran un enemigo terrible, aunque al igual que los japoneses no disponían de ningún tipo de radar. De todas formas en un mar tan pequeño y constantemente sobrevolado por aparatos de ambos bandos era difícil a la luz del día preparar una emboscada a los buques de ambos bandos, aunque si los Italianos hubieran dispuesto de algún tipo de radar para la ayuda al control de disparo, podrían haber puesto en un serio apuro a la Flota Británica en algunas batallas decisivas en que se enfrentaron y los italianos fueron derrotados, como la de Matapán.

El Vittorio Veneto durante sus pruebas de mar, serie formada por 4 buques: Vittorio Veneto, Littorio, Roma e Impero. El Littorio fue alcanzado en Tarento el 11 de noviembre de 1940 y el Roma fue hundido por los alemanes, el 9 de septiembre de 1943, cuando era internado en Malta por los acuerdos del armisticio de 1943. Fue el primer buque de la historia hundido por una bomba inteligente (FX-1400 radioguiadas). El Littorio fue rebautizado Italia el 30 de septiembre de 1943 y el Impero apenas era un pontón inutilizable, transferido cuando fue botado en noviembre de 1939 de Génova a Trieste. Fue abandonado en Trieste y su casco estaba semihundido cuando acabó la guerra en 1945.


Los viejos acorazados Italianos de la 1ª GM eran los de las clases "Duilio" y "Conte di Cavour", estos acorazados fueron modernizados en la década de los 30 y sirvieron de base de estudio para la construcción de los "Vittorio Veneto", la reconstrucción entre otras cosas consistió en el añadido de nuevas piezas de artillería tanto principales como secundarias; Las primeras fueron recalibradas y pasaron de 12" (305mm) a 12,6" (320mm) y la batería secundaria que estaba en la cubierta inferior fueron trasladadas a la cubierta superior y colocadas en montajes dobles.

Planta de los Conte de Cavour tras su modernización de 1933-37, el Conte di Cavour se perdió definitivamente el 8 de septiembre de 1943 y el Giulio Cesare fue cedido a la URSS el 12 de febrero de 1949.


El Giulio Cesare en Tarento durante el verano de 1942, con su nuevo camuflaje.


Planta de los Duilio, tras su modernización de 1937-40; el Duilio y el Andrea Doria fueron los 2 únicos acorazados que los aliados permitieron tener a los Italianos al final de la 2ª GM.

El Andrea Doria tras su modernización y al lado después de los trabajos de recuperación tras el ataque de Tarento.

Los británicos decidieron atacar la peligrosa base de Tarento el 21 de octubre de 1940, en conmemoración del aniversario de la Batalla de Trafalgar, pero debido a un incendio en el hangar del HMS Illustrious -el portaaviones designado para el ataque- tuvo que ser retrasado a la noche del 30-31 de octubre pero al resultar ésta una noche sin luna tuvo que ser retrasado de nuevo pues los pilotos británicos no tenían instrucción en la iluminación nocturna con bengalas de sus objetivos. Tras la pertinente instrucción básica fue designada la fecha de la noche del 11-12 de noviembre de 1940.

La fuerza británica designada para el ataque de Tarento pertenecía al Almirante Cunningham, destacada en el puerto de Alejandría, había salido en una misión de protección de un convoy hacia Grecia y a su regreso debía atacar la base de Tarento al caer la noche, el trabajo de inteligencia naval había localizado en la base la mayoría de la fuerza Italiana del Mediterráneo y en ella todos sus acorazados en activo, también había señalado que la base estaba bien defendida por baterías antiaéreas, pero no disponía de ningún radar de descubierta aérea; así pues todo era favorable al atacante.

El HMS Illustrious en 1944, este fue el único portaaviones empleado en el ataque a Tarento, por sus características esta clase de portaaviones formada por 6 unidades estaban catalogados como portaaviones pesados de escuadra, pero su dotación aérea estaba formada por 36 aparatos que en un teatro tan reducido como el del Mediterráneo y donde las flotas enemigas no disponían de portaaviones era una cantidad adecuada para la protección de convoyes que era la misión principal adjudicada por los británicos a este tipo de unidades, pero en un teatro como el del Pacífico hubieran resultado insuficientes para defenderse o atacar al enemigo. Estos portaaviones fueron los primeros de su clase que tenían la cubierta de vuelo acorazada en la Marina Británica, y paradójicamente fueron construidas las planchas de blindaje en la factoría Skoda de Checoslovaquia.

 

Los aparatos elegidos para el ataque fueron los vetustos biplanos “Swordfish”, que armados con un solo torpedo eran los únicos aparatos de ataque que disponían en ese momento los británicos en sus portaaviones. Lentos y nada ágiles eran presa fácil para los cazas terrestres de la época pero en el ataque nocturno diseñado a una base que no contaba con radares de vigilancia aéreos estaban cualificados para llevarlo a cabo. El HMS Illustrious tenía una dotación de 36 aparatos: 12 cazas “Fulmar” y 24 “Swordfish”; Para el ataque el Almirantazgo Británico quería emplear también el vetusto HMS Eagle, pero este portaaviones de resultas de un ataque aéreo tenía dañadas las tuberías de suministro de combustible por lo que no pudo participar, pero trasbordó 5 “Sworfish” y 8 tripulaciones aéreas al HMS Illustrious para el ataque.

El HMS Eagle poco después de su alistamiento, también siguiendo la norma británica llevaba una dotación aérea escasa: 21 aparatos. Resultó hundido al ser alcanzado por 4 torpedos lanzados por el U-73 el 11 de agosto de 1942 mientras escoltaba un convoy hacia Malta. Al ser construido sobre el casco de un acorazado esto dificultó la construcción de un hangar espacioso por lo que fue el portaaviones británico con el menor número de aviones embarcados.

Para el ataque se probó un nuevo tipo de torpedos: al igual que en Pearl Harbor, se diseñaron para que sorteando las redes antitorpedos, que no llegaban hasta el fondo del fondeadero sino hasta los 8 metros de profundidad, detonaran por magnetismo; Las cabezas de combate de los torpedos llevaban un detonador magnético que debido al fuerte campo magnético de los cascos metálicos de los acorazados Italianos los harían detonar justo cuando estuvieran debajo de su quilla; si bien era menos efectivo que un impacto directo justo debajo del cinturón acorazado del buque, se esperaba que fueran igual de efectivos al provocar daños y vías de agua en el fondo del buque debido a la onda explosiva bajo el agua que provocaría la rotura de las planchas del casco.

Los veteranos “Swordfish” fueron dotados todos ellos de depósitos suplementarios de combustible, los aviones deberían ser lanzados a 170 millas de Tarento y debían regresar a los portaaviones. Lanzarlos más cerca podía comprometer la misión y resultar un riesgo inaceptable para los pilotos. El Almirante Lyster reunió poco antes de la salida a las tripulaciones que iban a tomar parte de la misión y las despidió con la típica arenga británica. Estaba presente el comandante del HMS Illustrious, Capitán de Navío Dennis Boyd, y la escena le hizo rememorar otra ocurrida unos meses antes. (Durante una entrevista del personal femenino del Wren (Servicio Naval Femenino) tanto el capitán del HMS Illustrious como el Almirante Lyster formaban parte del tribunal de examinación, por varias horas habían entrevistado docenas de jóvenes aspirantes cuando la entrada de una llamó poderosamente la atención de los presentes. Una joven de 18 años se presentó ante el tribunal presidido por el Almirante Lyster. Este como presidente realizaba las preguntas, y el Almirante solicitó a la candidata que se presentara. La muchacha dijo llamarse Lyster y los ojos de todos los presentes miraban detenidamente al Almirante esperando su respuesta. Tras unos momentos en que el Almirante parecía reflexionar sobre algo en concreto de la muchacha respondió: ”Ah, sí. Ya recuerdo, conocí a su madre hace unos 18 años”; después de esto la entrevista continuo como si nada. ¡Qué cosas!)

A las 2035 del 11 de noviembre de 1940 el jefe del primer grupo de ataque, Capitán de Corbeta Williamson, a los mandos de su “Swordfish” despegó de la cubierta del HMS Illustrious, y cinco minutos más tarde los 12 aviones (6 torpederos, 4 bombarderos en picado y 2 aparatos encargados de iluminar la rada) que comandaba estaban en el aire y empezaron a ascender para dirigirse hacia Tarento. A 1.400 metros de altura se adentró en una formación nubosa, y cuando unos minutos más tarde, al salir de ellas, Williamson hizo un recuento y quedó consternado: un torpedero y los dos aviones designados para lanzar las bengalas se habían extraviado; pero ya no había vuelta atrás así que decidió seguir el plan de vuelo. 30 minutos después despegó la segunda escuadrilla formada por 8 aparatos, al mando del Capitán de Corbeta Hale. Un bombardero en picado sufrió una avería y no podría despegar hasta treinta minutos más tarde. Una vez en el aire los 8 aparatos se dirigieron hacia Tarento siguiendo la estela de los primeros. Unos minutos después al bombardero en picado se le desprendió el tanque suplementario y el avión sufrió un paro del motor. Al mando del Teniente de Navío Morford, cuando estaba a punto de chocar contra el mar pudo recuperar el control y se dirigió hacia el portaaviones. Este piloto cometió la estupidez de no informar de su arribada al HMS Illustrious y cuando el radar del buque detectó la aproximación del avión fue tomado por enemigo y todas las armas del buque dispararon contra aquel. Contando con una suerte impresionante el avión logró tomar cubierta en el portaaviones y cuando el piloto descendió exclamó:” ¡Señores, esta no ha sido una recepción muy cordial que digamos! ”.

Tras dos horas y cuarto de volar arribaron al punto designado para el ataque, allí se le unieron los aviones extraviados y Williamson mediante el semáforo luminoso ordenó a los aviones encargados de arrojar las bengalas destacarse y empezar a iluminar la rada. En Tarento no todo estaba tranquilo pues hacia unos minutos la arribada de un avión de observación desde Malta había hecho saltar la alarma y las defensas antiaéreas disparaban contra aquel, pero pasaron desapercibidos los aviones que llegaban desde el HMS Illustrious. Cuando los “Swordfish” de señalización empezaron a arrojar las bengalas se desató el infierno. Desde tierra más de un centenar de armas antiaéreas empezaron a disparar y pronto se les unieron los de los buques fondeados, pero carentes de radar disparaban a ciegas y a nadie se le ocurrió encender los enormes focos antiaéreos para iluminar el cielo oscuro de Tarento. Los “Swordfish” torpederos empezaron a descender divididos en dos escuadrillas, mientras que los encargados de bombardear en picado tomaban altura. Entre los disparos antiaéreos Williamson se dirigió hacia su objetivo, el Conte de Cavour. Poco después de arrojar su torpedo su avión fue alcanzado y cayó al mar. Por fortuna ambos aviadores lograron salvarse, el torpedo detonó al pasar bajo el acorazado. El segundo en ser alcanzado fue el acorazado Littorio por dos torpedos. Simultáneamente al ataque de la segunda escuadrilla de torpederos atacaron los “Swordfish” en picado pero fallaron todos sus lanzamientos.

La segunda fuerza de ataque llegó a Tarento cinco minutos antes de media noche y empezó a atacar. El primer buque que alcanzó fue de nuevo el Littorio, que ya había recibido tres torpedos, y un cuarto torpedo buscó el Littorio pero se clavó inefectivamente en el fondo debajo del acorazado y cuando el buque se posó en el fondo lo hizo sobre este sin detonarlo. Menuda sorpresa se llevaron los buzos al día siguiente cuando inspeccionaban los daños del buque. El penúltimo buque alcanzado fue el acorazado Duilio y el último ataque fue llevado por el bombardero que había despegado en solitario 30 minutos después de la segunda fuerza de ataque. Pilotado por el Teniente de Navío Clifford, este piloto alcanzó al crucero pesado Trento con una bomba semiperforante, que atravesó todas las cubiertas del buque y se hundió en el lodo del fondo sin hacer explosión, pero destrozó los depósitos de petróleo del crucero que empezaron a verter su contenido al mar.

Veamos la suerte que corrieron los buques alcanzados. Al Duilio alcanzado por un torpedo en la proa se le inundaron los pañoles de ambas torres de proa, y durante la madrugada tendría que ser varado en la playa cercana y no quedaría reparado hasta mediados de mayo de 1941. El recién alistado Littorio había recibido tres impactos, pero su cuidadosa compartimentación estanca aguantó bien y sólo quedó inundada la proa que se clavó en el lodo submarino atrapando el torpedo que no había estallado. Estaría reparado en marzo de 1941. La historia del Conte di Cavour fue muy discutida, pues se culpó de su pérdida a las malas decisiones adoptadas para su salvamento; se inicio el adrizamiento mediante la inundación de algunos compartimientos, pero los mamparos no aguantaron y el buque empezó a hundirse escorado. Fue remolcado a aguas poco profundas y evacuado, al amanecer toda la cubierta superior estaba bajo el agua y así permanecería 8 largos meses. En Julio de 1941 fue puesto a flote y remolcado hasta Trieste donde fue sorprendido por el armisticio de septiembre de 1943 cuando faltaban 6 meses para quedar listo.

Así pues como vemos mediante una jugada arriesgada los británicos consiguieron poner fuera de combate el 50% de los acorazados italianos y lo que era primordial aliviar momentáneamente la ruta de Gibraltar-Alejandría, lo que se traduciría en la rotunda victoria británica sobre las tropas italianas de Libia y al año siguiente la evacuación de Grecia y Creta sin el entorpecimiento de la flota Italiana.

La fotografía tomada por un avión de reconocimiento británico nos muestra el petróleo escapando de los tanques del Conte di Cavour, en la esquina inferior izquierda vemos el indemne Andrea Doria. El recuadro nos muestra el semihundido Littorio.


El Conte di Cavour hundido y ligeramente escorado reposa en el lodo de Tarento.

José Miguel Fernández Gil
"Alm. Yamamoto"
alm_yamamoto@hotmail.com

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